Friday, August 14, 2015

Beato Romero, nacido hace 98 años


BEATIFICACIÓN DE MONSEÑOR ROMERO, 23 DE MAYO DEL 2015

El árbol de la familia Romero: papá Santos (izquierda), la abuela Guadalupe (arriba), la joven familia (Oscarito en el círculo rojo).


Es agosto de 1917. La primera guerra mundial está devastando Europa. El Papa Benedicto XV ha publicado un plan de siete puntos, plasmado en su exhortación apostólica «Dès le Début», emitida el 1° de agosto, para buscar la paz. Estos son días en que el Papa era un prisionero en el Vaticano. En Fátima, la Santísima Virgen aparece a un grupo de niños. La Iglesia es reconocible, pero diferente a la actual: Ni Juan Pablo II ni Benedicto XVI, ni mucho menos el Papa Francisco, habían nacido todavía. En El Salvador, el Dr. Antonio Adolfo Pérez y Aguilar es el primer Arzobispo de San Salvador.

En una pequeña aldea elevada llamada Ciudad Barrios, al oriente de El Salvador, un niño nace, el 15 de agosto de 1917. Ciudad Barrios es poco más que un caserío. La formación en la escuela del pueblito termina en el tercer grado. No hay carreteras pavimentadas que lleguen a Ciudad Barrios. Para ir al mercado de San Miguel, la ciudad grande más cercana, los niños Romero deben caminar toda la noche, logrando llegar la mañana siguiente.

El padre del recién nacido se llama Santos Romero (13 de agosto 1883 - 14 de agosto 1937), hijo de Julio Romero y Gertrudis Garcilazo. La madre es Guadalupe de Jesús Galdámez de Romero (2 de junio 1888 - 2 de agosto 1961), a quien sus amigos llaman la “Niña Jesús” (el término familiar salvadoreño “niña” es como decir “señorita”). Los padres de Guadalupe son José Ángel Galdámez (que murió ese mismo año de 1917) y Guadalupe Portillo de Galdámez.

El niño nacido de Guadalupe y Santos tendrá como segundo nombre, el nombre del santo del día, San Arnulfo, siguiendo las buenas costumbres católicas de la época. Su nombre completo llegará a ser conocido en su momento. De hecho, 98 años después de su nacimiento, Oscar Arnulfo Romero Galdámez se ha convertido en “el salvadoreño más universal”.

Cuando el Papa Francisco quiso expresar sus deseos para El Salvador de superar la violencia criminal y problemas sociales en el Angelus del domingo pasado, dijo: “Animo al querido pueblo salvadoreño a permanecer unido en la esperanza, y exhorto a todos a rezar para que en la tierra del Beato Óscar Romero renazca la justicia y la paz”.

Después durante la misma semana, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, visitó la tumba de Romero. Esto es normal para una tumba que ha sido visitada por el Papa Juan Pablo II, por el presidente Obama, y ​​muchos otros líderes internacionales y tantos campesinos salvadoreños.

Pero todo era muy distinto cuando Oscarito nació en la Fiesta de la Asunción de hace 98 años.
Presidenta Bachelet.

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