Tuesday, January 31, 2012

ANÁLISIS: CAUSA ROMERO CON CELERIDAD MODERADA

El estudio del progreso de la causa de beatificación de Mons. Romero publicado en este blog nos hace pensar que la idea de una obstrucción al proceso es una impresión falsa: 97.5% de los procesos de canonización iniciados desde 1980 no han culminado, solo el 1.5% de las beatificaciones del Papa Benedicto han sido casos posteriores al año 80 y la duración promedia de estos procesos ha sido de 94.30 años—una espera tres veces más larga de lo que hemos esperado en el caso Romero. Más esperó el Papa Juan XXIII para ser beatificado, a pesar de la pretensión de varios cardenales de beatificarlo por “aclamación” al final del Concilio Vaticano II. En el análisis que publicamos aquí, analizamos casos abiertos desde el 80, las canonizaciones y beatificaciones completadas por el papa actual, y cinco casos sobresalientes.

Si bien el caso de Mons. Romero es insólito, no es del todo inédito. Los seguidores de Mons. Romero son los primeros en recordar que el ejemplo más parecido es el del mismo Jesucristo: de un magnicidio producido por motivos de índole religioso o teológico, mezclado con motivaciones netamente políticas. Pero, para traer el asunto al ámbito humano, de los mortales, debemos hablar de un martirio que se da dentro de una convulsión política, en medio de la “neblina de la guerra”. Y estos casos no son raros. Tenemos tres grandes ejemplos de la historia reciente: 1. los mártires “cristeros” de México (de los 1920s), 2. los mártires de la guerra civil de España (de los 1930s), y 3. los mártires del fascismo de la II Guerra Mundial (de los 1940s). Las víctimas de los nazis fueron beatificados en promedios de 45 años, los españoles en 50 años y los cristeros en 60 años. En cada uno de estos casos, fue necesario que las autoridades eclesiales estudiaran los entornos históricos de estas situaciones para poder discernir las vicisitudes políticas del momento y luego poderlas separar de las actuaciones cristianas de los mártires, y anti-cristianas de sus perseguidores. Ha sido necesario contar con expertos historiadores que elaboren informes y que estos pasen por un proceso de escrutinio pericial antes de ser aceptados al expediente y ser tomados en cuenta por teólogos que opinan sobre los aspectos religiosos del caso. Esto es lo que está sucediendo con el caso Romero.

Uno de los puntos más contundentes del estudio surge de la comparación del caso Romero a los procesos del Beato Juan Pablo II, la Beata Madre Teresa, San Josemaría Escrivá, San Pío de Pietrelcina, y el Beato Juan XXIII. Lo que vale la pena resaltar es la celeridad con cual el caso Romero arrancó en su inicio—cuando muchos aseveran que hubo bloqueo o desinterés del Vaticano de admitir su beatificación. En realidad, el tiempo que corrió desde la muerte de Mons. Romero hasta el decreto Vaticano aceptando el informe de la investigación diocesana sobre su martirio—17 años—se compara favorablemente con los otros casos. Por ejemplo, el caso del estigmatizado Padre Pío corrió esa misma trayectoria en 22 años, un plazo que supera la extensión de tiempo en el caso Romero. Otro ejemplo: en la causa del Papa Juan XXIII, ese tramo duró 25 años—¡más todavía! La pronta aceptación del caso Romero es aún más impresionante teniendo en cuenta el contexto histórico del suceso. En 1992 se pactó el final de la guerra civil salvadoreña. En marzo del 93 se publicó el informe de la Comisión de la Verdad de la ONU, responsabilizando a Roberto D’Aubuisson por la autoría intelectual del crimen y en septiembre del mismo año el Vaticano otorgó el «Nihil Obstat» autorizando la incepción de la causa. La investigación diocesana en el caso Romero se hizo a la velocidad de la luz. El proceso local duró un poco más de dos años y medio (compárese cinco años y medio para San Josemaría Escrivá, siete años para el Padre Pío y siete años para Juan XXIII). Desde todo esto podemos desprender sin lugar a duda que el caso de Mons. Romero despegó como rayo al empezar.

Con este discernimiento podemos apreciar que es en la segunda fase—en la investigación romana—donde la causa de Mons. Romero ha encontrado una demora apreciable. La siguiente tabla ilustra esto. En este cuadro se nota que la primera fase del caso Romero fue apreciablemente más corta que algunos de los otros casos que han concluido con más celeridad (el azul); mientras que la fase romana en el caso Romero ha sido hasta la fecha un poco más larga que la más larga de las demás (en rojo).


El análisis practicado no nos dice cuánto durará el proceso, pero de sus lineamientos se desprende que la trayectoria que lleva hasta la fecha está dentro de lo normal para casos “fast track” que se han extendido hasta entre 31 (Padre Pío) y 37 (Juan XXIII) años, y de los mártires de los conflictos históricos del siglo XX cuyos procesos han durado hasta medio siglo antes de ser beatificados.

Ver también:

Cronología del proceso
Perspectivas 2006 (inglés)
Perspectivas 2007 (inglés)
Perspectivas 2008
Perspectivas 2011 (inglés)
Perspectivas 2012
Estudio comparativo (inglés)

Monday, January 30, 2012

EXCLUSIVESUPER MARTYRIO STUDY:
ROMERO, A PILGRIM’S PROGRESS*

Neither progressives who complain that Archbishop Romero’s canonization cause has moved too slowly—or not at all—nor traditionalists who respond that these things take hundreds and hundreds of years are entirely confirmed in their views by a study of the Vatican’s beatification files. An analysis of the causes of saints submitted 1980 and thereafter, as well as an assessment of the beatifications and canonizations under Pope Benedict’s pontificate and a targeted review of five high-profile causes, show that Archbishop Romero’s cause has progressed substantially ahead of most others, but lags behind a privileged group of candidates for the sainthood.
I. INTAKE
The study examined and cross-referenced information available online from the Congregation for the Causes of Saints (CCS) and the Index ac Status Causarum, as reflected in the Hagiography Circle and Giga-Catholic Information web sites, to glean the broadest possible window into the internal workings of the Church’s “saint making” function. The analysis identified 372 canonization causes for would-be saints who died 1980 and after—including, Archbishop Romero. Among those proposed candidates for the sainthood, the great majority have not advanced as far as Archbishop Romero’s cause, which has completed the first phase of study in the local church and been passed on to Rome for final examination. 262 of the causes started since 1980 have not yet moved to the second, Vatican phase of the process, according to the information. Only 72 of these causes have received a Vatican decree certifying the validity of the Phase I inquiry. Archbishop Romero’s is one of them. The number of causes that has gone on to the next step after that is even smaller: only 38 of the 372—just about 10% of them—have had a Positio or final report accepted by the CCS in Rome. And a rather miniscule selection—ten causes, representing about 2.5% of the causes submitted since 1980—have gone on to the beatification of the candidate proposed for the sainthood. (See, Fig. 1.)


Archbishop Romero places in the top 30th percentile of the causes started since 1980, in terms of the level of advancement achieved within the bureaucratic and legal process by which the Church names its saints. This is hardly evidence of “foot dragging” or of a “blocked” path to the sainthood, as some characterize it. But the fact that 10 people who have died after Ab. Romero have been beatified ahead of Ab. Romero certainly suggests that his cause has not advanced at the highest rate of progress of which the CCS is capable. The faster progress by other candidates raises eyebrows because Ab. Romero is proposed as a martyr, a type of beatification process designed to be shorter and swifter (requiring no miracle for beatification). None of the ten candidates who were beatified ahead Ab. Romero were martyrs. For example, Blessed Chiara Badano, who died in 1990 at age 18, was beatified by Pope Benedict on September 25, 2010. María Isabel Salvat Romero, who died in 1998, was beatified a few days earlier, on September 18, 2010. But these cases are anomalous and, as noted earlier, represent 2.5% of these causes. More typical is the case of Cosme Spezzotto, killed in 1980 in El Salvador, still pending acceptance of the Positio, or Dorothy Day, who also died 1980 and is still awaiting her Phase I investigation.
II. OUTPUT
Looking at the causes submitted after 1980 allows us to look at the intake side of the sainthood “pipeline,” but another useful perspective is the output end of the process, for which we look to the canonizations and beatifications approved during the last seven years—Pope Benedict XVI’s pontificate, to date. The current pope has approved 839 beatifications and, as noted above, 10 of those were candidates who died after Ab. Romero. Stated mathematically, beatifications of candidates who died after Ab. Romero represent 1.2% of the blesseds approved under the current pontificate. Therefore the percentage of beatifications who “cut ahead” of Romero is small. While it has been 31+ years since Ab. Romero was killed, the 839 persons beatified by Pope Benedict had to wait an average of 94.3 years for their turn. (See, Fig. 2.) But one dramatic disparity in these results is the disproportionate number of Europeans canonized and beatified under Pope Benedict (118) versus the Latin Americans (19).

Some blesseds beatified by Benedict had inordinately long waits: Bb. Petrus Kibe Kasui and his 187 martyred companions from Japan had to wait 369 years before being recognized as “blesseds.” Spain’s Bd. Juan de Palafox Mendoza was beatified after 351 years. It was 306 years for Bd. Stanislaw Papczynski of Poland. But the notion that beatifications take hundreds and hundreds of years to process is the exception rather than the rule. Besides, the long drawn-out cases are cancelled out by the fast-track prodigies: Bd. Lindalva Justo de Oliveira was beatified 2007, in fifteen years; Bd. María de la Purísima Salvat Romero was beatified 2010, in eleven years; and—of course—Bd. John Paul II was beatified 2011, in just six years. The truly lengthy processes were not beatifications (the first step in the path to sainthood), but canonizations (the final step). St. Bernardo Tolomei was canonized by Pope Benedict in 2009, after 660 years. Under that standard, we would not expect to see Ab. Romero canonized until the year 2640!
III. “SUPERSAINTS
Finally, after looking at the intake end and the output end of the canonization process, it is useful to look at the in-between, and for that purpose, we examine five exemplary cases: (1) Pope John Paul II, (2) Mother Theresa, (3) Opus Dei founder Josemaría Escrivá de Balaguer, (4) popular stigmatist Padre Pio and (5) Pope John XXIII. All have been beatified; and nos. 3 & 4 have completed the process in its entirety, having been declared saints of the Universal Church. Fig. 3 below tracks the amount of time each cause took to move through various steps of the process, compared to Ab. Romero, and the chart shows that Romero actually out-performed all of these “fast-track” saints during the Phase I investigation, taking merely 1 year to complete this early part of the process (compare 6 years for Msgr. Escrivá and 8 years for Padre Pio). The chart also shows that Ab. Romero encountered delay in the Roman phase (everything from Positio). It is in comparison to the superstars that Ab. Romero’s disadvantage is revealed: each of them was beatified in an average 19.4 years, while Ab. Romero is going on 32 years, still awaiting beatification.

In sum, all three measures demonstrate that Ab. Romero’s process does not reflect the same kind of celerity as the topper-most performers among the newly minted saints and blesseds. However, looking at the new causes introduced in the time of Romero, as well as the causes completed under the current pontificate, we see that Romero has moved along faster than the great majority of them. A targeted review of “super-saints” also reveals that, at specific moments in the process—especially at the starting gate—Romero’s progress was even better than the other superstars. One hopes that this kind of celerity will return when the current impasse is cleared.

* “Romero” translates as “pilgrim” in Spanish.

See Also:

Beatification Chronology (Spanish)
2006 General Status Report
2007 Beatification outlook
2008 Beatification outlook (Spanish)
2011 beatification outlook
2012 beatification outlook (Spanish)

Saturday, January 28, 2012

LA HISTORIA DE RUTILIO GRANDE

Este año marca el 35° aniversario del martirio del Padre Rutilio Grande, amigo entrañable de Mons. Romero, cuyo asesinato marcó el camino del arzobispo, quien posteriormente se comprometió de manera decisiva con la causa de los pobres y los oprimidos. Algunos hasta han supuesto que el padre Rutilio era como un seña que nos ayuda a ubicar a Mons. Romero con relación a Cristo—el padre Tilo era un “Juan el Bautista,” cuyas denuncias serían mal entendidas, pero cuya muerte nos señalaría la llegada de un profeta aún mayor a este.

Su mensaje más recordado es el “Sermón de Apopa”. He aquí unos fragmentos:
Mucho me temo, mis queridos hermanos y amigos, que muy pronto la Biblia y el Evangelio no podrán entrar por nuestras fronteras. Nos llegarán las pastas nada más, porque todas sus páginas son subversivas. ¡Subversivas contra el pecado, naturalmente! Me llama la atención la avalancha de sectas importadas y de slogans de libertad de culto, en este contexto, que se andan pregronando por allí. ¡Libertad de culto, libertad de culto! ¡Libertad de culto para que nos traigan un dios falso! Libertad de culto para que nos traigan un dios que está en las nubes, sentado en una hamaca. Libertad de culto para que nos presenten a un Cristo que no es el verdadero Cristo. ¡Es falso y es grave!
Mucho me temo, hermanos, que si Jesús de Nazaret volviera, como en aquel tiempo, bajando de Galilea a Judea, es decir desde Chalatenango a San Salvador, yo me atrevo a decir que no llegaría con sus prédicas y acciones, en este momento, hasta Apopa .... Allí por Apopa lo detendrían. Quién sabe si llegara a Apopa, ¿verdad? Mejor dicho, por Guazapa, ¡duro con él! Se lo llevarían a muchas Juntas Supremas por incostitucional y subversivo. Al hombre-Dios, al prototipo de hombre, lo acusarían de revoltoso, de judío extranjero, de enredador con ideas exóticas y extrañas, contrarias a la ‘democracia’, es decir, contrarias a la minoría .... Sin duda, hermanos, lo volverían a crucificar.
(Homilía del Padre Rutilio Grande, 13 de febrero de 1977.)

El siguiente video en tres partes nos relata la historia de este sacerdote.

Primera Parte


Segunda Parte


Tercera Parte

Thursday, January 26, 2012

ARCHBISHOP ROMERO & THE NEOCATECHUMENAL WAY


In November of 1979, as the political situation in El Salvador deteriorated dramatically after an ill fated military coup d’état, Archbishop Romero retreated to a spiritual center in the hills above San Salvador with followers of the Neocatechumenal Way, a Church movement started in Spain in 1964, focusing on adult Christian formation, which has been promoted as a path for wayward Catholics to return to the Church, but which has been controversial because of its nonconventional celebrations—particularly, its Saturday night communal Masses in which adherents sit around a banquet style table and share unleavened bread (not the wheaten Host), and take turns expounding on the Gospel. In January 2012, Pope Benedict XVI definitively endorsed the movement, delivering three key messages to its adherents:
  1. The Church has recognized in the Neocatechumenal Way a particular gift aroused by the Holy Spirit.”
  2. The Neocatechumenal Way should “contribute, with new impetus and ardor, to the radical and joyful rediscovery of the gift of baptism and to offer your original contribution to the cause of the New Evangelization.”
  3. The Neocatechumenal Way should “seek always a profound communion with the pastors and with all the components of the particular Churches and the very different ecclesial contexts in which you are called to operate.”
(Pope Benedicts Jan. 17, 2012 Address.)

Benedict’s themes correspond dramatically with the message Romero gave the Neocatechumenal communities of San Salvador and Santiago de María three decades earlier. Like the Pope, Romero recognized the movement as an expression of the Holy Spirit, saying, “I am happy that in our country, but more specifically in these two dioceses, the movement of the Holy Spirit is flourishing.” (November 22, 1979 Sermon.) Romero also recognized “The Way” as “an institution that is intimately linked to our evangelization” (Pope Benedict, in fact, announced several new evangelization projects entrusted to the movement), and which nourishes the sacrament of Baptism: “For so many people the sacrament of Baptism is nothing more than a social ceremony in which godparents have to be found and a fiesta prepared, but so few are aware of the fact that Baptism signifies the incorporation of their child into the life of Christ, into the death and resurrection of Christ.” (Romero’s Sermon, ibid.)

Importantly, Romero, like the Pope, also encouraged the followers of The Way, not to be a separate, insular institution, but to steer catechumens (i.e., the baptized) back to the sacramental and community life of the Church. “I assure you and with all my heart I ask you as Pastor,” Romero said, “there wherever you go, in whatever parishes you are living, please be concerned about making the catechumenate a part of the Christian life of the people of that area.” He went on, “This catechumenate should consist of Biblical reflection, a sense of the sacraments, a Christian commitment to build community, but not a community that is closed in upon itself or comfortable with its own life,” he warned, “but rather a community that is Church and that leads people to Jesus Christ.” He concluded, “A catechumenate should never be far from the sacramental life, from that encounter with Christ in the Eucharist or Reconciliation or from all of the other holy sacraments.”

As his Church found itself in an hour of crisis, followers of the The Way, Romero suggested, should join in solidarity with the situation of the church, and be with that Church, “a community that exists to serve the world, a community that enlightens itself with the light of Christ in order to share this same light with the surrounding community, a community that is each day more committed to Christ, more committed to the redemption of Christ that becomes present in the midst of people and the world.”

In this sense, Romero reflected, the Way, which harkens back to the worship of the early Church, provided an important infusion and renewal to a Church seeking to be more authentic and radical in its commitment. “The Church,” he said, “must continue to be faithful to the apostles who spoke about carrying this treasure in fragile vessels and extending this treasure through creating new communities and by living together in community.”

More on Romero's Sermons in our Homiliarium

Sunday, January 22, 2012

PLAZA ROMERO EN LOS ÁNGELES


El concejo municipal de Los Ángeles aprobó nombrar una intersección de un vecindario mayoritariamente centroamericano de esa ciudad en honor a Mons. Romero, según reportaron los periódicos angelinos L.A. TIMES y LA OPINIÓN. La esquina de South Vermont Avenue y West Pico Boulevard, dos calles principales del sector informalmente conocido como la “Pequeña América Central” ahora será llamada “Plaza Mons. Óscar A. Romero” (foto de Google EarthView).

El concejal Ed Reyes, quien presentó la propuesta de nombrar la plaza en honor a Mons. Romero le dijo al L.A. TIMES que, “Esta es una manera de reforzar la historia y celebrarlo a él, dada su estatura heroica en su país y en la comunidad”. La nota en LA OPINIÓN señala que el consejo aprobó la propuesta, “Con una votación unánime”, y que “Una escuela intermedia de Los Ángeles en esa zona ya lleva su nombre”. El L.A. TIMES agregó que, “Una clínica de la zona también lleva su nombre”. En años recientes, el concejo angelino ha aprobado el reconocimiento del 24 de marzo como un día para conmemorar a Mons. Romero.

En El Salvador, el nombramiento de la plaza hizo noticia en los medios locales. Mientras tanto, el recuerdo de Mons. Romero estuvo en las palabras de la premio nobel por la paz 1992 Rigoberta Menchú, de Guatemala, de visita en el país. Según una nota de prensa, “Menchú aseguró que los años de guerra han dejado duras lecciones al país, como el dolor, y resaltó la figura de monseñor Óscar Arnulfo Romero, asesinado durante el conflicto armado en El Salvador”.

Friday, January 20, 2012

POLYCLINIC PIETÀ

Click HERE for video.
The scene was Policlínica Salvadoreña on Monday, March 24, 1980.  While a pieta” in Western art is a reverent scene of the soon-to-be-resurrected Christ, attended by the Virgin or by holy women and angels, in martyrdom of the 20th century, the reality is grittier.  Archbishop Romero is surrounded by mourners, journalists and on-lookers.


In this clip, the young doctor on duty at Policlínica matter-of-factly answers a journalists questions and sets forth the base facts of the raw reality that night.  (Super Martyrio Translation.)


DOCTOR:
And see, Mgr. Romero came in with a bullet wound—fatal, you know? Lodged in the left, fourth interspace of the thorax. It penetrated into his heart and that was the cause of death.
REPORTER:
Was he alive when he arrived at the hospital?
DOCTOR:
No. No. Um, we did everything that humanly could be done—medically—but Monsignor arrived, well, dead, almost, one might say, you see. But all that was done—medically, the correct things were done—but nevertheless he could not recover.
REPORTER:
Was that the only wound he had?
DOCTOR:
Yes, only wound, only wound.
REPORTER:
What time was Mgr. Romero admitted to the Polyclinic?
DOCTOR:
He entered the Polyclinic at six-thirty in the evening.
REPORTER:
Great.

Sunday, January 15, 2012

«SE COMPROMETIÓ EN FAVOR DE LA PAZ»


Aunque Mons. Romero no vivió los tiempos de los Acuerdos de Paz de El Salvador, sí está muy ligado con el proceso de la paz: se dice que su asesinato el 24 de marzo de 1980 hizo estallar la guerra civil salvadoreña, y de manera simbólica al declararse la paz, el pueblo se aglutinó masivamente enfrente de la Catedral Metropolitana de San Salvador adornada con la imagen de Romero (foto). Como que si la ausencia de Mons. Romero—desde su asesinato hasta su reaparición en aquel estandarte en Catedral—coincidía con la ausencia de la paz. De hecho, Mons. Romero—en las palabras del Papa Benedicto XVI—“se comprometió en favor de la paz” (Conferencia de prensa, 7 de mayo del 2007).

La paz salvadoreña encontrada aquel enero de 1992 nos hace pensar la exhortación de Mons. Romero en enero de 1980, el domingo de la Epifanía: “ábranle el campo a Jesucristo, dejen que entre el Rey de la Paz, sometan ante él, con la humildad de los magos, el corazón humilde buscándolo, y encontraremos de verdad la solución de nuestro país”. (Homilía del 6 de enero de 1980.) Pero seguramente, las palabras más alusivas de Mons. Romero por la paz se habían dado el Domingo de la Epifanía de 1978, cuando dijo que:
la paz no es el producto del terror ni del miedo, la paz no es el silencio de los cementerios, la paz no es producto de una violencia y de una represión que calla. La Paz es la aportación generosa, tranquila, de todos para el bien de todos; la paz es dinamismo, la paz es generosidad, es derecho y es deber en que cada uno se sienta en su puesto en esta hermosa familia que la Epifanía nos ilumina con la luz de Dios.
(Hom. 8 de enero de 1978.)

Mons. Romero predicó la paz, y sobre todas las calumnias de la derecha y las tergiversaciones de la izquierda se deben imponer los tres extremos de la formula que Mons. Romero nos dejó para lograr la paz:
  • En primer lugar, Mons. Romero rechazó la violencia: “La violencia no es cristiana, la violencia no es humana, nada violento puede durar ... No es contestando violentamente a la violencia como se va a arreglar la paz del mundo”. (Hom. 11 de mayo 1977.)

  • En segundo lugar, Mons. Romero rechazó el odio y el rencor, haciendo “un llamamiento a la reconciliación con Dios y con los hermanos [que] nos deje en todos los corazones la satisfacción de que somos cristianos y que no quedan huellas de odio y de rencor en el alma. Que seremos firmes sí en defender nuestros derechos, pero con un gran amor en el corazón.” (Hom. 19 de junio 1977.)

  • Y en tercer lugar, Mons. Romero insistió en hacer justicia, precisamente porque es el cimiento más seguro sobre cual se puede establecer la paz: “Sólo la justicia puede ser la raíz de la paz”. (Hom. 27 de agosto 1978.)

Muchos se han preguntado qué diría Mons. Romero sobre una situación u otra, incluyendo las vicisitudes de la vida política de El Salvador, ya sea la situación social en general, o alguna parte de esta, incluyendo los altos niveles de violencia en la actualidad. No nos gusta especular o sacar a Mons. Romero de su cauce histórico para desplazarlo a nuestro capricho para pretender que se pronuncia sobre una realidad que no fue la que él vivió, pero sí dijo algunas palabras cuya relevancia parece ser aplicable a primera cara. “La paz no es ausencia de guerra”, advirtió: “Tampoco es paz el equilibrio de dos fuerzas adversas”—como quien dice ARENA y el FMLN. (Hom. 3 de julio 1977.) Sólo hay paz, “cuando todos los hombres pueden disfrutar sus derechos legítimos, cuando hay libertad, cuando no hay miedo, cuando no hay pueblos sofocados por las armas”, y en El Salvador se puede argumentar que esas condiciones no existen cuando la ciudadanía no ejerce la plenitud de sus derechos porque vive sofocada por miedo a la delincuencia y las armas de la criminalidad.

Pero no es necesario del todo especular, porque Mons. Romero habló sobre el futuro—lo que ahora es el presente de nuestra realidad. Gaspar Romero, el hermano de Monseñor, recuerda que el arzobispo predijo, “mirá, la guerra no la detienen ya ... lo que viene va [a] ser terrible, pero lo más terrible es lo que vendrá después de la guerra”. (Valencia y Arias, EL FARO.) En el registro público, Mons. Romero expandió: “Las violencias seguirán cambiando de nombre, pero habrá siempre violencia, mientras no se cambie la raíz de donde están brotando, como de una fuente fecunda, todas estas cosas tan horrorosas de nuestro ambiente”. (Hom. 25 de septiembre de 1977.)

Y la solución para la violencia—sea cual sea su nombre—siempre es la misma fórmula de la paz que predicó monseñor.

Post Datum:

El Papa Benedicto XVI habló sobre la justicia y la paz a los dirigentes y al personal del Inspectorado de la seguridad pública del Vaticano el 13 de enero del 2012.  El Santo Padre hizo como eco de Mons. Romero diciendo que la paz no es sólo la ausencia de guerra o “el resultado de la acción de los hombres para evitarla”, sino sobre todo “un don de Dios que hay que pedir con fe y que en Jesucristo encuentra la vía para alcanzarla ... La paz verdadera, pues, es una obra por construir cotidianamente con el aporte de la compasión, la solidaridad, la fraternidad y con la colaboración de cada uno”.  Agregó, adhiriéndose aún más a Mons. Romero: “Está profundamente relacionada con la justicia”, y advirtió que no puede haber justicia “cuando, en nombre de una presunta justicia, dominan los criterios de la ganancia, del provecho y del tener, [y] se puede incluso pisotear el valor y la dignidad de la persona humana”.

Sunday, January 08, 2012

URIOSTE'S PRAYER

On the night of March 24, 1980, Msgr. Ricardo Urioste entered the Divine Providence Hospital Chapel in San Salvador, and stood before the altar where Archbishop Romero had been assassinated earlier that evening and, after receiving an update from the nuns that run the hospice, he led an impromptu prayer of the mourners at the chapel.  The whole scene is captured in this remarkable video (in Spanish):



Msgr. Urioste, who had served as Archbishop Romero's vicar general, fought back tears to compose the following prayer (presented as the answer to a reporter's question) as mourners spontaneously gathered around him (Super Martyrio translation):
Well, I think all the people of El Salvador are in mourning. I mean, all the good people, because there are people who are not good, part of our Salvadoran family who is not so, unfortunately.
And I think our first thought is a thought of giving thanks to the Lord for having given us an archbishop of such great worth. For letting us have him for three years. For his having been so profoundly Christian, so profoundly a priest, such a lover of justice and peace. And that's the reason for his murder—having loved righteousness and wished for peace.
So I repeat that all the good people of El Salvador are in mourning. Some are not, some are rejoicing. That is a dark grace. That is the greatest sin that has been committed in this country.
With him, we think of so many Salvadorans who have been killed, who are being killed, and we think this magnicide of our archbishop who was so dear, who was so much admired, who was such a man of faith, who was such a man of prayer ... Something I wish to say at this juncture is this: no one prayed as he did, in this country. With what simplicity he prayed his Rosary! With what simplicity he knelt before the Blessed Sacrament! With what fervor he prayed his Breviary!
There was a man of prayer, there was a man beloved by all, whom we will not be able to replace. But the Church wants everyone to know this clearly: the Church does not depend upon one man. The Church will move forward. She knows what her mission is, because it is not the mission of a single man. It is the mission of all of us in the Church. And this Church led by her Pontiffs, driven above all by the Gospel, is, thus, directed, and it will always continue to concentrate on God, on man, and on that very same Church.
I would invite the whole country at this time ... This is the saddest death that has occurred in the country. All deaths are sad, all deaths are painful. I know there are many who stand with the Church at this time, because many have suffered martyrdom in their loved ones. Those who have suffered martyrdom in their loved ones know what the Church is now suffering. But we always remember the Gospel. The gates of hell shall not prevail against her. 
I would conclude by inviting everyone to a prayer—a prayer for him, who, like all human beings, needs our prayers. We know he stands already before God, that he has appeared before Him and declared, “Mission accomplished, my Lord. Here I am. Like You on the Cross, here I am, too, after completing my mission as You asked me to do, and as You wanted.” I would like for everyone, then, to say a prayer—a prayer for him and a prayer for the country. A prayer for the just men of this country and a prayer for the wicked men of this country.
Msgr. Ricardo Urioste was schooled at San José de la Montaña Seminary in San Salvador and at Comillas University in Spain.  He felt called to the priesthood at age 22, and he studied canon law in Rome, where he was ordained.  Early in his career, he was the pastor at St. Francis parish.  Starting during Archbishop Romero's years, he served as the archdiocese's vicar general.  Later, he was Pastor of the Christ the Redeemer Parish in upscale Colonia Escalón, where he worked to generate solidarity of the wealthy parishioners for the poor.  After the 2001 earthquakes, he raised funds to rebuild 126 homes of the poorer residents.  He set up clinics where the indigent can see a doctor for $3 and receive free medicine.  He also set up a co-op to allow parishioners to buy discounted food, and a credit union that provides micro loans.  In 2002, Msgr. Urioste received a doctorate, honoris causa, from Central American University.  He retired from active ministry in 2010 at age 85.  He continues to be president of Fundación Monseñor Óscar Arnulfo Romero.

See Also:

Msgr. Uriostes 2007 reflection on Archbishop Romero.

Wednesday, January 04, 2012

PERSPECTIVAS DE BEATIFICACIÓN 2012


El 2010, este blog clasificó el estado de la causa de canonización de Mons. Romero bajo “luz amarilla”, es decir, que experimenta una demora que no le permite avanzar de manera apreciable, y este año nuevamente mantenemos esa misma lectura del estado de la causa. En resumen, la causa se encuentra en un nivel avanzado y ha superado ya unos obstáculos mayores, con importantes factores que favorecen. Sin embargo, se detecta una detención que la mantiene en compás de espera; cuando se de la “luz verde”, se cree que avanzará con rapidez.

Nuestro análisis se confirmó por el Canciller Hugo Martínez, después de su entrevista con el Postulador de la Causa de Canonización, Mons. Vincenzo Paglia. El informe Martínez reportó que: (1) “El proceso de beatificación se encuentra ahora en la Congregación para la Doctrina de la Fe”; (2) “que hasta la fecha no ha encontrado nada en contra de la fe profesada por Óscar Arnulfo Romero y su labor pastoral”; y que (3) “Una vez haya una conclusión de esta Congregación, el proceso iría a una etapa final en la Congregación de la Causa de los Santos”.

Como se había reportado en este blog, el desvío a la Congregación para la Doctrina de la Fe ocurrió originalmente en el año 2000, cuando cuatro cardenales latinoamericanos, incluyendo el ex presidente de CELAM Alfonso López Trujillo (Q.D.D.G.), exigieron una revisión de la ortodoxia (la doctrina correcta) de Mons. Romero. A base de ese examen, el año siguiente, una comisión de expertos de la CDF concluyó que Mons. Romero “no era un obispo revolucionario, sino un hombre de la Iglesia, del Evangelio y de los pobres”. En el 2005, cuando el proceso estaba a punto de pasar a la etapa final, los disidentes pidieron se hiciera un estudio de la ortopraxis (la práctica correcta) de Mons. Romero. Este estudio tampoco generó inconvenientes a la beatificación de Mons. Romero.

Para entender que podría enlentecer un proceso cuando los requisitos formales no constituyen un impedimento, es necesario entender las políticas o consideraciones prudenciales de la Santa Sede en el manejo de estos casos. El vaticanista John Allen ha nombrado cinco factores que pueden acelerar el progreso en casos de alto perfil, como lo han sido la Madre Teresa y el Papa Juan Pablo II. Sin embargo, un estudio de los factores de Allen nos deja rascándonos la cabeza, porque varios de los factores parecen favorecer el caso Mons. Romero. Por ejemplo, Allen dice que “la mayoría [de los casos acelerados] tienen una organización detrás de ellos completamente comprometida con la causa, con los recursos y la comprensión política para avanzar la pelota”. En el caso Romero, la causa es apoyada por la Comunidad Sant Egidio, cuya influencia en la Iglesia ha sido recientemente alabada, llevando a uno de sus fundadores al gabinete de gobierno de Italia, y al mismo postulador de la causa de Mons. Romero (del mismo movimiento) a ser considerado candidato para patriarca de Venecia. (De darse, ese nombramiento también podría impactar en el proceso.)

Dice Allen, “varios de los casos del carril expreso implican un 'primero', generalmente para reconocer una región geográfica específica o a una población infrarrepresentada” y en el caso Romero, monseñor sería el primer salvadoreño elevado a los altares. Dice Allen, “hay a veces un tema político o cultural simbolizado por estos candidatos que presta una percepción de urgencia” y Mons. Romero sería el mártir más importante en una hora en que la Iglesia quiere acentuar el martirio, como también sería el exponente más importante de la doctrina social de la Iglesia. Allen dice que “los casos carril expreso disfrutan generalmente del respaldo jerárquico de forma aplastante, de los obispos de la región y en Roma” y a pesar de la mentada oposición de un pequeño grupo de cardenales, la fama de Mons. Romero ha crecido de manera impresionante en toda la Iglesia; el episcopado salvadoreño ha enviado una carta de apoyo al Vaticano, como lo han hecho numerosas conferencias de obispos de diversos países, y el apoyo de cardenales en altos puestos de la Iglesia mundial últimamente ha sido abundante.

El último punto de Allen es que “las causas logran el carril expreso porque el papa de turno tiene una inversión personal”. Este es un factor interesante. En un periodo de menos de un año, entre marzo del 2007 y febrero del 2008, el Papa Benedicto mencionó a Mons. Romero en tres ocasiones distintas—dos de ellas de su propia iniciativa, y dos de ellas en términos muy conmovedores. Sin embargo, después de estas referencias, el pontífice ha guardado un silencio abrumador sobre el tema. El primero de los comentarios lo hizo Benedicto en relación a la fecha del aniversario del martirio de Mons. Romero, y el segundo, cuando el papa volaba hacia Brasil en el 2007, y un reportero introdujo el tema comentando de que, “llegamos al continente de monseñor Óscar Romero”. Este año, Benedicto estará en tierras latinoamericanas para el propio aniversario. El 24 de marzo del 2011, el Papa estará en León, Guanajuato y el 25 se reunirá con obispos latinoamericanos, presuntamente incluyendo a prelados salvadoreños. Será interesante ver si Mons. Romero se hace presente en esos encuentros.

Arte: Alberto Cruz, Romero de América, acrílico sobre lienzo.  Muestra Colectiva Abierta, Catalogo Marzo 2011, San Salvador.

Postdatum:

El canciller salvadoreño Hugo Martínez comentó a los medios el 8 de enero del 2012 que “hemos discutido a nivel de cancilleres en la región centroamericana ... la posibilidad de extender una invitación como región”, para lograr que el papa Benedicto XVI visite Centro América.  Este blog ha comentado las ventajas que una visita papal traería a la causa de beatificación, y el Canciller Martínez ha demostrado su afán de verla prosperar.


Antecedentes:

Cronología del proceso
Perspectivas 2006 (inglés)
Perspectivas 2007 (inglés)
Perspectivas 2008
Perspectivas 2011 (inglés)

Tuesday, January 03, 2012

CENTENNIAL COUNTDOWN


It’s 2012. That means that in five years, we will be marking the 100th anniversary of the birth of Oscar Arnulfo Romero—the Romero Centennial (or Centenary, as it were). Super Martyrio is asking all the Blog readers to think about what you would like to see the Romero Centennial celebrations to look like at an international scale, and to tell us what you will be doing to celebrate 100 years since Archbishop Romero’s birth on August 15, 2017, and throughout the centennial year.

To kick-start the conversation, here are some things that the Church, and institutions like Fundación Mons. Romero in El Salvador, the Archbishop Romero Trust in the UK, or some new Centennial Commission could consider organizing in 2017:

  • Rename the Salvadoran airport “Aeropuerto Internacional Mons. Oscar Arnulfo Romero.”
The Salvadoran American National Network launched this campaign a few years ago, but did not reach its goal by the intended date—March 24, 2010, the 30th anniversary of Romero’s assassination. Perhaps, with five years to do it, the goal may be attainable. On the other hand, maybe this is too easy and we need to think more outside the box …

  • Create a “ROMERO VIVE” sign on the San Salvador volcano (illustration).
A 'Hollywood sign'-style monument overlooking San Salvador would get a lot of bang for the buck, because it would be seen by all and not be prohibitively expensive. (For example, the Hollywood sign cost $21,000 in 1923, or about $280,000.00 in 2011 dollars.)  The sign could even be established on a temporary basis for the Romero Centennial, and taken for a test drive.  (Romero vive = Sp. for "Romero lives!")

  • A Pontifical Mass at St. Peter’s Basilica.
If we want to imagine the greatest tribute from the Catholic world, this one would be hard to top. Maybe we can make idea be the opening gambit, and if we have to settle for a Mass at St. Peter’s by the President of the Pontifical Council for Justice and Peace, attended (but not celebrated) by the Pope, or a festival at the Coliseum where the Pontiff makes an appearance, so be it.

  • A tribute song by U2.
Bono is a social activist whose humanitarian work has stood him in the good graces of Pope John Paul II, and he previously has sang about Rev. Martin Luther King, Jr., and about “the Troubles” in Northern Ireland. Perhaps a FaceBook page asking for their assistance would get their attention, and also create publicity/discussion in the run-up to the Centennial.

  • 100 balloons from participating churches/parishes.
Thinking about using economies of scale, it could be that a balloon release done in numerous countries would be a way to attract attention, since the balloons would drift across the skylines of major cities. It’s been done before, and there are regulations and guidelines to help you do it right, but it probably would not get much play unless it was done in large proportions.

These are some ideas that came to mind, but this is a project that numerous minds should contribute to, not just once, but over the next five years. This blog’s readers are requested to contribute their ideas in the comments section below, or by email, or any other way that you feel appropriate. Recent “centennials” for U.S. president Ronald Reagan, folk singer Woody Guthrie and even bluegrass musician Bill Monroe demonstrate that such celebrations provide opportunities to raise awareness and the profile of the subjects of the celebrations as well as demonstrate their existing cultural significance.

Monday, January 02, 2012

MONS. ROMERO Y SU CATEDRAL


Imagínense”, dijo Mons. Romero, “que alguien les dice: esta Catedral tan hermosa se va a derrumbar, y no quedará piedra sobre piedra”. (Homilía del 13 de noviembre de 1977.) Si alguien pensara invocar a Mons. Romero en la polémica sobre el desmantelamiento de los espejuelos de Fernando Llort de la fachada de la Catedral Metropolitana de San Salvador, difícilmente encontraría una palabra simpatizadora en la prédica de Romero. En la homilía citada anteriormente, por ejemplo, monseñor se refería a la amenaza de Cristo de destruir el Templo de Jerusalén, que era “mucho más hermoso que nuestra Catedral”. (Ibid.)
Foto: Catedral en 1989.  Cortesía DWKCommentaries.
En otra ocasión, Mons. Romero advirtió que fijarse en los aspectos artísticos de una catedral es pasar por alto el verdadero valor de la iglesia. Monseñor relata un cuento en que a tres trabajadores extrayendo piedra para una catedral gótica les preguntan por qué estaban en ese arduo trabajo. El primero cita razones económicas—este era “materialista”, dice monseñor. El segundo señala valores artísticos—este era “un poco más espiritual, pero no había llegado a la cumbre”, comenta monseñor. El que da la respuesta más acertada es el que contesta, “Porque es para una catedral, porque desde allí se elevarán muchas plegarias a Dios, y yo anticipo ya en mi trabajo la oración. Estoy picando piedras y orando”. (Hom. 10 de julio de 1977.)

Según el mito popular de “San Romero”, este optó decisivamente por no completar la obra de catedral para no restarle recursos a los pobres. En la actualidad, Mons. Romero impulsó la construcción de la catedral, interpelando en reiteradas ocasiones para recabar los fondos necesarios para sacar adelante la obra, y lo hizo en términos no ambiguos. “Ayudar a la Catedral es un deber”, dijo en una ocasión, citando el ejemplo de una persona que dejó un sobre con “una cantidad de dinero que corresponde a la décima parte de su salario como ofrenda a Nuestro Señor”. (Hom. 23 de julio de 1978). En otra ocasión, agradeció el aporte de una madre de un desaparecido que había enviado “su pobre ofrenda de 10.00 para nuestra Catedral”. (Hom. 1 de julio de 1979.) Seis meses antes de su martirio, Mons. Romero seguía suplicando: “Quiero pedirles, queridos hermanos, por nuestra Catedral, que está en un momento muy difícil y allá está la secretaría donde pueden ayudarnos llevando ayudas, ya sea en efectivo o en los materiales que ya pueden indicar”. (Hom. 30 de septiembre de 1979.)

El avance de la construcción fue impedido por las complicaciones de la vida política de El Salvador a fines de los años 70. Para fines de 1979, los esfuerzos habían llegado a “un impasse muy serio”. (Hom. 23 de septiembre de 1979.) La razón eran las constantes ocupaciones de la catedral por las organizaciones populares, cuyos derechos de participación Mons. Romero apoyaba, pero cuya táctica de tomas de las iglesias, le dejaban un mal sabor al arzobispo: “con las ocupaciones”, explicaba monseñor, “ha sufrido trastornos muy serios no sólo en su culto, sino también en su construcción”. (Ibid.) Pero no solo la izquierda impidió el trabajo: en mayo del 79 la organización ultraderechista Unión Guerrera Blanca se atribuyó el asesinato de Carlos Humberto Montoya Ortiz, quien trabajaba en la contabilidad de la construcción de la Catedral y en el Secretariado Interdiocesano Social. (Hom. 27 de mayo de 1979.)

Para salir de estos aprietos, la comisión de Mons. Romero buscó salidas practicas a la falta de recursos. “Vamos a ver como conseguimos el dinero que hace falta para terminar la cúpula, que es lo que urge”, dijo Mons. Romero, “y después, aunque sea en forma pobre, vamos a cubrir los ventanales y aunque sea sobre tierra ya podemos habilitar la Catedral, una Catedral de un pueblo pobre”. (Hom. 23/9/1979, Supra.) En su diario, monseñor relata cómo la comisión se rebuscaba para solventar la problemática: “se ofreció sacar del banco prestado sobre nuestras mismas cédulas hipotecarias, o pedir al padre Sáenz [Fernando Sáenz Lacalle, después arzobispo de San Salvador], a quien se le ha prestado un dinero para su construcción, adelante su devolución”. (SU DIARIO, 19 de septiembre de 1979.) Al fin, fue Mons. Sáenz Lacalle, el que logró la creación de la Fundación Catedral, presidida por el reconocido banquero Archi Baldocchi y conformada por los también empresarios José Alfredo Dutriz, Boris Eszerski, Roberto Llach Hill, Carlos Enrique Araujo, Francisco Callejas y Roberto Murray Meza, que recaudó 30 millones de colones para finalizar la construcción de la Catedral (C.G. Ramos, ENVIO), incluyendo la instalación del mosaico de azulejos de Fernando Llort (Carías y Vaquerano, EL FARO).

La catedral de Mons. Romero, según su arzobispo mártir, siempre ha tenido que ser controversial: “precisamente por ser el signo de la Iglesia tiene que ser el blanco de las contradicciones, objeto de muchas murmuraciones pero también objeto de mucha generosa colaboración”. (Hom. 21 de mayo de 1978.)

Ver también:

Polemica de los Espejuelos (inglés)
Historia de la Catedral (inglés)
El destino de la 1era catedral de Mons. Romero (Santiago de María)

Otras Perspectivas Caso Llort:

El Diario de Hoy  (Anónimo)
El Diario de Hoy (López)
La Prensa Gráfica
Diario Co Latino
El Faro (Lindo)
El Faro (Menéndez)
El Faro (Salamanca)
El Faro (Silva I)
El Faro (Silva II)
El Faro (Tobar)
El Mundo
La Página
ContraPunto
Hunnapuh
Linda's El Salvador Blog (inglés)
Tim's El Salvador Blog (inglés)