“FUE UN GRAN TESTIGO DE LA FE”: BENEDICTO XVI
Mons. Romero y los Papas (continuación)
“No me cabe duda de que su persona merece la beatificación”, dijo el Papa Benedicto XVI (pontificado: 2005-presente) al ser preguntado sobre la causa de canonización de Óscar Romero. (Il Papa e la Santa Sede [El papa y la Santa Sede], Radio Vaticana, 9 de mayo del 2007.) “Ciertamente, monseñor Romero fue un gran testigo de la fe”, aseveró el pontífice, “un hombre de gran virtud cristiana, que se comprometió en favor de la paz y contra la dictadura, y que fue asesinado durante la celebración de la misa”. (Entrevista en Vuelo hacia Brasil, Sitio Web de la Santa Sede, 9 de mayo del 2007.) Esto es una serie sobre la cercanía entre Mons. Romero y los papas de nuestra época.
Aunque los medios de comunicación social han supuesto contrariedad entre el ávido cazador de teólogos de liberación, Ratzinger, y el rechazado de los vaticanistas, Romero, ese encuadro resulta ficticio al analizar los hechos en la mínima profundidad, que revela un fuerte alineamiento entre las posturas doctrinales de los dos hombres. En su “Instrucción sobre algunos aspectos de la ‘Teología de la liberación’,” el entonces Card. Ratzinger critica rubros puntuales del movimiento milenario latinoamericano, pero admite que “la expresión ‘teología de la liberación’ es una expresión plenamente válida”. («Libertatis Nuntius», 1984.) Como papa en su carta encíclica «CARITAS IN VERITATE» (2009), reconoce que “la doctrina social de la Iglesia ... es anuncio y testimonio de la fe” (CIV, ibid., ¶ 15); que “se ve impedida en muchos casos por prohibiciones y persecuciones” y que es “atestiguada por los Santos y por cuantos han dado la vida por Cristo Salvador en el campo de la justicia y la paz” (Ibid., ¶ 11).
El Papa declara que la persecución de un campeón de la doctrina social de la Iglesia puede conllevar al martirio no obstante que “han cambiado los contextos culturales del martirio y las estrategias ‘ex parte persecutoris’ [de la parte persecutora], que cada vez trata de manifestar de modo menos explícito su aversión a la fe cristiana ... [y] que simula diferentes razones, por ejemplo, de naturaleza política o social”. (Mensaje del Santo Padre a la Sesión Plenaria de la Congregación para las Causas de los Santos, 24 de abril de 2006.) La Iglesia no se fija en los pretextos que interponen los asesinos, sino en “el motivo que impulsa al martirio”, que “sigue siendo el mismo y tiene en Cristo su fuente y modelo”. (Mensaje, Ibid.) Por tanto, los mártires deben incluir a los que “se inmolaron por no abandonar a los necesitados, a los pobres, a los fieles que les habían sido encomendados, sin miedo a amenazas y peligros”. (Homilía en la Basílica de San Bartolomé en la isla Tiberina, 7 de abril de 2008—tríptico: Benedicto rinde homenaje a mártires del siglo XX y reza ante altar que custodia reliquias de Mons. Romero.)
La disponibilidad de aquellos que han sido “asesinados en el cumplimiento de su misión de evangelización y promoción humana” se configura con la disponibilidad de Cristo a sacrificarse por nosotros, dice el Papa: “De este modo, el ‘sí’ de Jesús y de María se renueva en el ‘sí’ de los santos, especialmente de los mártires.” (Palabras en la Oración del «Ángelus», 25 de marzo del 2007.) “Lo subrayo recordando que ayer, 24 de marzo, aniversario del asesinato de monseñor Óscar Romero, arzobispo de San Salvador, se celebró la Jornada de oración y ayuno por los misioneros mártires”. (Ángelus, ibid.) Mons. Romero, ha comentado el Papa a los obispos actuales de El Salvador, ha sido parte de la misión evangelizadora en aquel país: “El Evangelio, llevado allí por los primeros misioneros y predicado también con fervor por pastores llenos de amor de Dios, como Mons. Óscar Arnulfo Romero, ha arraigado ampliamente en esa hermosa tierra, dando frutos abundantes de vida cristiana y de santidad”. (Discurso a los obispos de El Salvador en visita “Ad Limina” —ver video.)
Mons. Romero encaja perfectamente en el concepto de martirio expuesto por Benedicto, incluyendo todo el discurso de lo que es y no es una expresión válida de la liberación cristiana. Por tanto, su muerte, ha dicho el Papa, ha sido “una muerte verdaderamente ‘creíble’, de testimonio de la fe.” (Entrevista, Op. Cit.)
Antecedentes:
Encíclica del papa confirma a Mons. Romero
Similitudes entre predicaciones Ratzinger/Romero
Relaciones de ambos con S.S. Pablo VI
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