Thursday, June 30, 2011

Quinquennial Report


Last month, this blog quietly crossed the five year mark. I have debated whether or not to have a post about it, and decided to do it, keeping self-indulgence to a minimum by writing to the extent possible, about you, the reader of the blog, rather than about its author or any pretense of accomplishment for having sustained it for five years.

It turns out, you're out there, readers of the Super Martyrio blog!, and I wanted to thank you for your readership, and I especially want to thank the few of you who follow this blog. I encourage any reader who wishes to do so to become a follower of the blog and I promise not to hound you or share your information, etc. It would just be nice to know who you are. Along the same lines, I want to urge you to drop me a line now and then--in the comments section at the end of each blog entry--anything that strikes you as significant. Of course, I hope it's nice and civil, but dissent, constructive criticism and useful suggestions for topics are all welcome. If you really want to help us out, you might email an entry you like, post it to social media, etc. Whatever you can do to help will be appreciated.

Who you are: The chart above shows the volume of people viewing this blog for the last two years. If you knock out the three big spikes (Oct. 2010, Mar. 2011, and this month), you can see that the trend is steady growth. By the way, the three peaks were times when we were cited in Tim's El Salvador Blog. Thank you Tim, and Tim's readers, for visiting this blog. (Stop by, anytime!) Most of you are located in the United States, but I am glad to report that El Salvador is the second largest audience, though it lags way behind the USA. Canada, England and Spain are also significant. More recently, the readership has gotten more happily diverse -- for example, this week, I am happy to greet readers from France, Germany, Spain, Austria and even Malaysia. Wikipedia, Google, and Tim's Blog are the largest traffic sources for the blog.

The most popular post on the blog so far is the entry on the four pastoral letters of Archbishop Romero. Even though readers in officially English speaking countries vastly outnumber readers in Spanish speaking countries, the popularity of this entry in Spanish tells me that many people in the U.S. (an official English speaking country) must be reading my Spanish entries, too. Of course, it also tells me that people are interested in Archbishop Romero's teachings, because that is what his pastoral letters are all about. It also tells me that people entering that as a search term in a search engine, are finding this blog. All of those things are reassuring, because the principal motivation for doing this blog is to be a resource and offer that information to anyone who is interested.

Thank you and warm regards!

Monday, June 27, 2011

MONS. ROMERO Y LA VIDA MORAL


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En la película “Salvador” (1986), de Oliver Stone, James Wood hace el papel de un periodista norteamericano que se va a confesar con Mons. Romero, y le admite haber cometido “muchos pecados carnales”, abusando de drogas y alcohol, y de ser un aprovechado. Después de recibir lo que él percibe como una penitencia leve del arzobispo, el periodista se retira del confesional, insistiendo, “Bueno, todavía puedo tomar, y fumar marihuana de vez en cuando, ¿verdad?” El prelado blando de la película puede dejar la impresión de que Mons. Romero era laxo en temas de la moralidad personal para exigir más con el pecado “estructural” o la injusticia “social”. Pero en realidad, Mons. Romero insistía en la equivalencia de la injusticia social y el hedonismo, y denunciaba en iguales términos a los dos.

Sus pronunciamientos sobre el tema no fueron para nada ambiguos: “¡No adulterarás! ¡No fornicarás!” (Homilía del 18 de marzo de 1979) Probablemente estas reprimendas de Mons. Romero nunca adquirirán la misma fama que otras de sus frases más conocidas, pero será auto evidente que las caracterizaba la misma firmeza y convicción. “Queridos hermanos, puede llover fuego sobre esta Sodoma”, advertía. Arremetía en contra de “las aberraciones de aquellos que abusan de los placeres sexuales: el evitar los hijos, la homosexualidad, las relaciones prematrimoniales, el aborto, la prostitución”. (Hom. 6/11/1977.) Con firmeza absoluta se pronunció: “sólo en el matrimonio puede haber la relación sexual de un hombre con una mujer”, añadiendo que, “Dios prohíbe terminantemente toda relación fuera del matrimonio entre hombre y mujer”. (Hom. 18/3/1979, supra.)

Mons. Romero fue tan firme en condenar el hedonismo como en condenar al injusticia social porque veía las dos cosas como síntomas del mismo mal: el capricho del hombre por buscar la felicidad lejos de Dios. Preguntaba, “¿qué es el pecado? ... el pecado es irrespeto a lo que Dios quiere; y entonces el hombre que quiere buscar su felicidad fuera de Dios, o contra Dios, pone su felicidad en las creaturas, en el dinero, en el poder político, en la carne, en la lujuria, en un amor adulterino” (Hom. 24/7/0977). El hedonismo es “únicamente poner un uso de funciones corporales al servicio del placer, del egoísmo”, predicaba Monseñor (Hom. 6/11/1977), y tal como es cierto con la injusticia social, en todas estas materias, Dios exige conversión:

¿Qué quiere Dios del capital, al hombre que le da dinero, haciendas y cosas? Que se convierta; quiere decir, que sepa darle a las cosas creadas por Dios el destino que Dios le dio a las cosas, qué son siempre de Dios el bienestar de todos, el compartir con todos la felicidad ... ¿Qué quiere Dios de la intimidad, de la relación conyugal? La procreación. Si el hombre maliciosamente interrumpe la procreación con medios artificiales, está bloqueando la voluntad de Dios. Tiene que convertirse.
(Hom. 21/8/1977.)

Partiendo desde el criterio de que tanto el libertinaje como la injusticia se alejan de la voluntad de Dios, Mons. Romero aseveró que “hay otros ídolos más vergonzantes que los que se acaban de mencionar, y son el ídolo del placer, el ídolo del sexo, el ídolo de los vicios”. (Hom. 4/11/1979.)  Igual que Mons. Romero tildaba al exceso de acumulación de riquezas como una idolatría que la Iglesia tenía que desenmascarar, Mons. Romero también señala otros falsos dioses que hacen competencia con el Dios verdadero en El Salvador: “es el Dios de El Salvador que se ve amenazado ante falsas idolatrías: idolatría del dinero, idolatría del poder, idolatría de la lujuria, idolatría del placer. Cuántas idolatrías amenazan a nuestra civilización”. (Hom. 23/7/1978.) Idolatrías hedonistas que son dañinas: “Cuando se endiosan esos valores tan relativos y se absolutizan por encima de todo, lo que perece es lo tierno y santo del amor, la fidelidad, el matrimonio”. (Hom. 7/10/1979.) Mons. Romero les aplica la misma evaluación con que valora la injusticia social—diciendo que el “Hombre Nuevo” (del lenguaje de la declaración de los obispos de Medellín) debe purificarse del hedonismo: Cristo “ha enseñado a abandonar el anterior modo de vivir, del hombre viejo corrompido por los deseos de placer, el hombre viejo que no es el Espíritu”. (Hom. 5/8/1979.) La justicia social es posible cuando el hombre deja de ser un “hombre carnal” y pasa a ser un “hombre espiritual”. (Hom. 12/8/1979.)

Para Mons. Romero, el hedonismo es tan serio como la injusticia social porque puede llevar a la muerte: “El aborto, crimen abominable, también es matar”. (Hom. 18/3/1979.) Para Mons. Romero, esto es opresión: “En su forma institucionalizada mata el ejército, mata el que secuestra, mata también la madre que manda a abortarse. Todos estos son crímenes que claman al cielo”. (Hom. 28/12/1977.) Como lo explica él: “Si sentimos la represión porque nos matan a jóvenes y gente que ya es grande, lo mismo es quitar la vida en las entrañas de la mujer: es hombre como el profesor que es asesinado, como el Ministro de Educación que es asesinado; también el niño en las entrañas es un hombre que por el aborto es asesinado”. (Hom. 17/6/1979.) Mons. Romero asocia el hedonismo con la misma persecución de la Iglesia: “La persecución viene de los pecadores ... les duele a los que fomentan el aborto que la Iglesia no esté con el aborto; también le duele a quien usa medios anticonceptivos artificiales que la Iglesia ... diga que no es lícito mutilar las fuentes de la vida”, y “La Iglesia es perseguida, tiene que ser perseguida, si es defensora de los derechos de Dios y de la dignidad humana”. (Hom. 29/5/1977.)

Condenar el hedonismo es parte de la “misión profética de la Iglesia”, la cual “es difícil, pero es necesaria”. (Ibid.) Es parte de la denuncia de la Iglesia: “En esta palabra del evangelio, hermanos, no solo denunciamos la injusticia, sino también las inmoralidades”. (Hom. 2/10/1977.) La denuncia está motivada por el deseo de orientar el pueblo hacia Dios: “Cuando la Iglesia denuncia el pecado, es para decirle a los hombres: no pongan su embeleso en las cosas de la tierra, elévense, promuévanse a las cosas del cielo, gánense con las riquezas de la tierra la amistad de Dios, manejando estas cosas conforme a la voluntad de Dios”. (Hom. 8/12/1977.) La iglesia está dispuesta a entrar a la política para denunciar el libertinaje de la misma manera que orienta sobre la doctrina social: “Si la Iglesia toca aspectos políticos es desde su competencia de revelación de Dios para decirle a la política lo que no está bueno, lo que es pecado, y ella tiene el deber de señalar” los aspectos de la moralidad privada; “tiene derecho, porque es guardiana de la Ley de Dios y de la naturaleza”. (Hom. 2/7/1978.) Esto “no es meterse en política sino predicar, desde su competencia evangélica, el reclamo de Dios a la humanidad”. (Ibid.)

Igual que fue firme en su postura de denuncia ante la injusticia social, Mons. Romero insistió que la Iglesia debe ser firme en defender la vida sana. “La moral de la vida que comienza en las entrañas de una mujer, la fidelidad del matrimonio, son antiguos y son nuevos. Y la Iglesia tiene que defenderlos aun cuando por eso tenga que perder los aplausos y tenga que sufrir los ataques del público” general. (Hom. 7/1/1979.)

POST DATUM


En una homilía durante su reciente viaje a San Marino, el Papa Benedicto XVI advirtió contra los “modelos hedonísticos que ofuscan la mente y amenazan con anular toda moralidad”. El Pontífice aseveró que se están exaltando las cosas del mundo y descuidando las cosas espirituales: “se ha empezado a sustituir la fe y los valores cristianos por presuntas riquezas, que se revelan, al final, inconsistentes e incapaces de sostener la gran promesa de lo verdadero, del bien, de lo bello y justo”, aseguró. “En el mundo hay mal, egoísmo, maldad”, dijo el Papa, pero Dios “quiere manifestar su amor todavía de manera más profunda y sorprendente propiamente frente al pecador para ofrecer siempre la posibilidad de la conversión y del perdón”.

Thursday, June 23, 2011

THE EUCHARISTIC ADORATION OF ÓSCAR ROMERO


The wire dispatches reporting Archbishop Romero’s assassination during Mass highlighted the fact that, “The Mass is the central act of worship in the Catholic Church and Christ is believed to be present during the sacrament of Communion, or the Holy Eucharist, which is consecrated during Mass.” (ASSOCIATED PRESS, Archbishop Assassinated, March 25, 1980.) Archbishop Romero’s martyrdom at the beginning of the Eucharistic liturgy was poignant given his devotion to the Eucharist. (See, William T. CAVANAUGH, Dying for the Eucharist or Being Killed by It: Romero’s Challenge to First-World Christians, THEOLOGY TODAY, July 2001.) He had regularly observed a “Holy Hour” of Eucharistic adoration in the Hospital Chapel where he was killed, “which he did with a lot of fervor, eloquence and profundity,” according to Sister Luz Isabel Cueva, who was the Superior of the nuns who ran the Hospital. (Las hermanas del Hospitalito recuerdan a Monseñor [The Sisters of Hospitalito Remember Monseñor], Carta a las Iglesias, Year XX, Nº.443-444, February 1-29, 2000.)

Inviting the faithful to join the Eucharistic adoration, Archbishop Romero explained its spiritual and dogmatic importance: “we are able to make an act of faith before the real presence of Christ in the Eucharist and offer our prayers for the great needs of our families, our nation, and the Church.” (January 1, 1978 Homily.) For Archbishop Romero, the act of faith was deeply intertwined with another important Christian virtue: “At the same time we are able to perform an act of charity; one that is referred to in the Catechism as an act of mercy—namely, we are able to visit the sick and participate in a work that is not simply a name but rather a reality—that is, we are able to participate in this work of Divine Providence.” (Ibid.) Sister Luz Isabel recalled that, after or before the Holy Hour, Romero would go visit the patients and he would say to them, “You are the Suffering Christ and your bed is the Cross.” (Cartas, supra.)

Throughout his priestly life, Óscar Romero maintained a devout commitment to the sacramental and interior life of the soul, which he coupled with external action in solidarity. For example, while he was a priest in the San Miguel province of El Salvador,
[h]e visited the countryside and the city jails. He organized catechism classes and first communions. He promoted the Legion of Mary, the Knights of the Holy Sepulcher, Alcoholics Anonymous, Catholic Action, the Cursillos de Cristiandad, the Apostleship of Prayer, the Guardians of the Blessed Sacrament, the Holy Rosary Association, the Third Order of St. Francis, and the diocesan branch of Caritas, which distributes food to the poor. He saw to it that Caritas also taught the people about nutrition. “He was always concerned with the whole person's welfare,” said a woman who worked with him for years in various activities in San Miguel.
(James R. BROCKMAN, S.J., Oscar Romero: A Life, Orbis, New York, 1999, p. 40.)

In the earliest years of his priesthood, Óscar Romero understood that his faith needed to generate impacts in the worldly life of his parishioners to be authentic. “We have grown accustomed to seeing religion as a thing of the sacristy and processions and scapulars,” he lamented three years into his priestly life: “we have not been taught that religion is life ... because it encompasses every human sentiment and is capable of solving all the problems of history.” (O.A. Romero, Para el Centenario del Seminario [For the Seminary’s Centennial], CHAPARRASTIQUE No. 1554, pgs.. 1 & 4, January 19, 1945, available here—in Spanish.)

Therefore, Archbishop Romero’s Eucharistic adoration at the Divine Providence Chapel married the two aspects of his ministry—faith and charity. “We celebrate,” he proclaimed: “the faith that has brought us here together ... [E]ither standing as a sign of respect or on knee as a sign of adoration, [the faithful] affirm that before their eyes, under the appearance of bread and wine is the body and the blood of Christ, truly, really and substantially present.” (June 17, 1979 Homily.) The Eucharist symbolizes, he preached, sacrifice and Communion. “The nourishment that Christ gives us is love ... It is like the family setting where a mother, even though poor, breaks the bread and shares this one bread with her children who are seated around the family table of unity.” (Id.)

POSTSCRIPT

On June 20-24, 2011, the Salesian Pontifical University in Rome is hosting an academic conference on Eucharistic adoration, focusing on the rediscovery of the practice. According to press reports surrounding the conference, Eucharistic adoration was seen as a teaching tool to reaffirm the doctrine of the “real presence” of Christ in the Eucharist, as Archbishop Romero preached, and John Paul II’s final encyclical, Ecclesia de Eucharistia (2003), and Pope Benedict XVI’s teachings, have encouraged a return to the practice.

Thursday, June 16, 2011

PIRONIO


Algunos han propuesto que Óscar Romero experimentó una “conversión” después del asesinato de su amigo el P. Rutilio Grande en 1977. Los cables diplomáticos de la embajada estadounidense argumentan un giro radical en Mons. Romero después del golpe de estado en 1979. No obstante las posibles viras estratégicas de momentos como esos, proponemos una fecha del cambio más radical en la interioridad de Mons. Romero que antedata todas estas—agosto y septiembre de 1972. Fue entonces que Romero asistió un retiro espiritual en Antigua, Guatemala, presentado por el argentino Mons. Eduardo Pironio; un ejercicio espiritual que cambió la vida de Romero y de muchos de los que estuvieron allí presentes, que incluyeron el mártir guatemalteco Juan Gerardi; el protagónico nicaragüense Miguel Obando y Bravo; y los progresistas salvadoreños Luis Chávez y González, el mismo Romero, y Arturo Rivera y Damas (foto).

Mons. Romero caracterizó el encuentro como “un verdadero cenáculo de Pentecostés centroamericano”. (O.A. Romero, Noticias de Monseñor Romero, Desde el Mes de Reflexión, DIARIO DE ORIENTE N°. 30822, págs. 1 y 4, 5 de septiembre de 1972, disponible aquí.) Mons. Pironio ofreció el mismo programa como el retiro papal de Semana Santa en el Vaticano en 1974. (Card. O.A. RODRÍGUEZ Maradiaga, SDB, “Monseñor Romero: Un Obispo para el Tercer Milenio”, Serie de discursos Mons. Romero de la Universidad de Notre Dame, 19 de marzo, 2002.) Ya siendo arzobispo, Mons. Romero confesó haberse respaldado en el prelado argentino para fundamentar sus lineamientos pastorales: “que conste que yo estudio la teología de la liberación a través de estos teólogos sólidos, como es el Cardenal Pironio ... hombre de la plena confianza del Papa”. (Homilía del 24 de Julio de 1977.)

Fue de la presentación de Mons. Pironio en Antigua que Mons. Romero derivó la frase “Iglesia de la Pascua”, con la que tituló su primera Carta Pastoral de abril 1977. (Rodríguez, Op. Cit.) En el programa del retiro, Mons. Pironio había declarado, “La expresión ‘Iglesia de la Pascua’ lo resum[e] todo: una iglesia de la cruz y la esperanza, de la pobreza y la contemplación, de la profecía y el servicio”. (E. PIRONIO, Vogliamo vedere Gesù: Meditazioni sulla Chiesa, Edizioni Paoline, 1978.) Continuaba Pironio, “La Iglesia de la pascua no es precisamente una Iglesia ‘triunfalista’ o ‘del poder’. Todo lo contrario. Una Iglesia pascual es ante todo una Iglesia del anonadamiento y la crucifixión, la pobreza, la persecución y la muerte”. (PIRONIO, Op. Cit.) Estas ideas son notables en la pastoral de Mons. Romero (“No nos avergonzarnos nunca de decir 'La Iglesia de los pobres'.”).

Mons. Romero grabó sus impresiones del retiro de Antigua en 1972 en una nota para un periódico de la Iglesia. “El retiro espiritual que nos predicó desde la primera noche, Monseñor Pironio”, reportó el entonces obispo auxiliar, “nos situó precisamente en esta ‘hora’ de nuestra historia que como ‘la hora’ de Jesús,” esa hora era, “una hora de cruz pascual, de dolorosas esperanzas, que reclama de los pastores actuales un gran silencio de oración, abierto a la Palabra de Dios, una gran pobreza de espíritu que es disponibilidad de diálogo y de servicio”. DIARIO DE ORIENTE, Op. Cit. Media década después, Mons.  Romero recordó esas propias palabras en su primera carta pastoral, en la que profundizó sobre la hora difícil en que asumió su cargo: “‘Hora –diría el Cardenal Pironio- de cruz y de esperanza, de posibilidades y riesgos, de responsabilidad y compromiso’; hora, sobre todo, de mucha oración y contemplación para interpretar, desde el mismo corazón de Dios, estas señales de nuestro tiempo para saber prestar el servicio que como Iglesia debemos a estos justos anhelos de nuestros hermanos”. (O.A. Romero, Primera Carta Pastoral, IGLESIA DE LA PASCUA, abril 1977.)

Aparte de las enseñanzas del retiro, Mons. Romero también se acopló a otras formulaciones de Pironio:
  • Pironio dijo que, “el único camino de un cambio verdadero pasa siempre por el corazón de las bienaventuranzas del evangelio” y Mons. Romero tituló una de sus últimas homilías, “La pobreza de las bienaventuranzas, fuerza de la verdadera liberación”.
  • Pironio hablaba de que la “dimensión … religiosa de la Iglesia” incluye “la reivindicación cristiana de la justicia” y Mons. Romero dio un famoso discurso sobre la “La Dimensión política de la fe”.
  • Mons. Romero fue constante en su admiración del prelado, llamándolo un “buen intérprete de Medellín” en 1971, y un “gran promotor de la auténtica liberación de América Latina” en 1977
Mons. Romero recibió la orientación al principio de la década de los 70, y al final de la década confirió con el prelado argentino, a quien consideraba un amigo, y quien había sido elevado a cardenal y puesto a cargo de la Sagrada Congregación para Religiosos en el Vaticano. El Card. Pironio confirmó y validó el empeño de Mons. Romero por poner en práctica los principios de Antigua. “¡Animo Romero!”, le dijo con entusiasmo, “lo peor que puedes hacer es desanimarte”. La confirmación fue un esmero para Monseñor: “me fui, dejándome en el corazón una nueva fortaleza de mi viaje a Roma”. Su Diario, 9 de mayo de 1979.

El proceso de beatificación del Card. Eduardo Francisco Pironio se inició el 23 de junio de 2006.

Tuesday, June 14, 2011

THE ROMERO FILES

While a recently leaked diplomatic cable from the U.S. Embassy in El Salvador sheds light on the prior Salvadoran government’s machinations to enlist the Vatican’s assistance to discourage international investigations of Archbishop Romero’s assassination, historic embassy cables reveal U.S. intelligence insights on Archbishop Romero himself. A dozen cables obtained by George Washington University and posted on its National Security Archive show that the U.S. State Department believed that Archbishop Romero, at first, “played a critical and most constructive role on behalf of moderation and peaceful reforms,” but the Embassy had soured on Archbishop Romero by January 1980, when diplomats began to perceive that the Archbishop was giving up on the Junta that came to power in a reformist 1979 coup in favor of a popular uprising.  The Carter Administration reassessed its views at the time of Romero's death in March 1980.

In 1979 and 1980, several U.S. Embassy cables analyzed Romero’s sermons with attention that would make a theology student blush. For example, an October 11, 1979 cable entitled “The Archbishop and the Military,” was entirely devoted to analyzing Romero’s October 7, 1979 sermon. Similarly, a December 17, 1979 cable entitled “Archbishop Strongly Urges Agrarian Reform,” focused on Romero’s December 16, 1979 sermon (a sampling: “Archbishop Romero devoted approximately half hour of ... homily to strong endorsement of agrarian reform, stating that he was speaking not as technician, but as pastor to his flock. He quoted Second Vatican Council at length in support of agrarian reform and quoted Pope John Paul II to effect that over all private property lies a social mortgage”). By the time the Embassy reported on Romero’s March 23, 1980 sermon (“Stop the Repression!”), the reports had grown decidedly ambivalent, even airing the views of Romero’s detractors: “A police station was allegedly attacked from a church, a priest was accused of subversive activities, Radio Havana stated that the Archbishop supported insurrection ... the armed forces accused the Archbishop of refusing to help a policeman who was tortured inside a church.

In a draft Jan. 1980 letter to Pope John Paul II, the Embassy had concluded that, “Impatient with the pace of progress of the moderate Revolutionary Governing Junta led by the Christian Democratic Party and reformist military officers, and increasingly convinced of an eventual victory by the extreme left, the Archbishop has strongly criticized the Junta and leaned toward support for the extreme left.” The draft letter, however, admitted “frequent and frank dialogue with Archbishop Romero and his Jesuit advisors” and, when Archbishop Romero wrote to President Carter in February, calling for a halt to U.S. military aid to El Salvador, Secretary of State Cyrus Vance’s response offered a conciliatory tone. “The great moral authority of the Church,” he wrote, “and your uncompromising defense of human rights and dedication to non-violence convince me that our shared values can be the basis of a cooperative effort in search of peaceful solutions.”

After Archbishop Romero was killed, the Carter Administration praised his work. “Archbishop Romero spoke for the poor of El Salvador,” a White House statement said, “where their voices had been ignored for too long. He spoke for change and for social justice, which his nation so desperately needs. Terrorism cannot silence the message of compassion of the Archbishop. It cannot and should not intimidate those who seek social justice and democracy.”

Friday, June 10, 2011

MONS. ROMERO EN WIKILEAKS


Un cable diplomático publicado por el Periódico EL FARO en colaboración con el sitio WIKILEAKS revela que el gobierno de El Salvador durante la administración del Presidente Antonio Saca quiso presionar al Vaticano para que apoyara el esfuerzo del gobierno salvadoreño de evitar que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) investigara el asesinato de Mons. Romero. El Presidente Saca, un ex monaguillo del arzobispo mártir, exhortó en varias ocasiones la no-politización de la causa de canonización Romero, sin embargo, la estrategia señalada en el cable revelado demuestra que el gobierno de Saca quiso promover la canonización para impulsar su política de mantener vigente la amnistía por los crímenes de la guerra civil, la mayoría de cuales es atribuida a su bando político.

El cable de la embajada estadounidense en El Salvador a Washington, titulado “GOES [Gobierno de El Salvador] preocupado que el Caso Romero en la CIDH pueda socavar la amnistía: Considera retiro de la Corte de Derechos Humanos”, data de septiembre del 2007, el mismo año en que el gobierno de El Salvador, después de un encuentro con Tutela Legal del Arzobispado de San Salvador y el Centro de Justicia y el Derecho Internacional, prometió intervenir ante el Vaticano a favor de la canonización de Mons. Romero. El cable informa que, “El GOES está considerando un acercamiento al Vaticano para buscar la ayuda de la Santa Sede para suprimir el caso de la CIDH sin descarrilar la beatificación de Romero”. Ese mismo año, el gobierno también intentó negociar con el Arzobispado de Mons. Fernando Sáenz Lacalle para resolver la queja de Tutela Legal de manera simbólica, sin molestar la amnistía vigente desde que fue establecida por el gobierno de Alfredo Cristiani (del mismo partido de Saca, fundado por el Mayor Roberto D’Aubuisson, nombrado como el actor intelectual del crimen) en 1993.

Las maniobras del gobierno aparecen contradecir la política del Presidente Saca, reiterada en numerosas ocasiones, que la figura y la causa de canonización de Mons. Romero no deben ser usadas para fines políticos. Y la Iglesia, que suele regañar las manipulaciones de la izquierda, debería evitar dejar la impresión de que no objeta a estas manipulaciones desde la derecha.