Friday, December 02, 2016

Romero: La vida es bella



AÑO JUBILAR por el CENTENARIO del BEATO ROMERO, 2016 — 2017

#BeatoRomero #Beatificación
El Beato oscar Romero (derecha) comparte un momento leve con el Sr. José Jorge “Pepe” Simán (izquierda) y el P. Carlos Rafael Cabarrús, S.J. (centro), en San Salvador en julio de 1978.  Esta foto, publicada en el libro de Simán, “Un Testimonio” (San Salvador, 2007, 2015), se hace parte de nuestra serie sobre Romero en imágenes para el Año Jubilar Romero declarado por la Iglesia por el centenario del mártir salvadoreño.
La película de Roberto Benigni La vida es bella (La vita è bella en italiano), sobre los intentos de un padre por proteger a su niño de las crueldades del mundo nazi, destaca por la forma en que incorpora temas trágicos con elementos cómicos.  De manera similar, esta foto presenta un momento leve—de risas y evidente convivio ameno—con un aspecto solemne y sombrío.  La levedad es evidente.  Don Pepe relata a Súper Martyrio: “En esta foto se puede apreciar uno de los tantos momentos en el que compartimos con Monseñor Romero—momentos de pláticas y risas, en las reuniones del Seminario de Sociología Religiosa” en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas.
En su libro, Don Pepe también capta un poco del humorismo de Mons. Romero: “se reía y bromeaba” con los miembros de la casa Simán, cuando los visitaba.  Le gustaba contarles relatos graciosos, como el en que, “un día, cuando estaba de párroco en San Miguel, llegó un campesino a verlo y lo invitó a comer.  Monseñor le sirvió ensalada de lechuga y entonces el campesino se voltea y le dice, ‘Monseñor, mire, yo sé que soy pobrecito, pero yo no como zacate’ ... y mis hijos reían y reían”.
La foto también capta un momento durante una breve calma en la persecución de la Iglesia Salvadoreña—calma que se acabaría con el asesinato del P. Barrera en noviembre—pero este día, el Arzobispo Romero se encontraba tranquilo entre amigos y aliados y podía tomarse el lujo de una risa.  Por un breve momento, “La Vida es Bella” para Óscar Romero.  Sus biografías también nos cuentan que durante este tiempo, Mons. Romero estaba ocupado elaborando su tercera carta pastoralLa Iglesia y las organizaciones políticas y populares”, que saldría en agosto.  Acababa de regresar de un viaje a Roma, su última reunión con el Papa Paulo VI, y se sentía muy fortalecido para seguir adelante con su mission.
Pero también hay un elemento muy conmovedor en esta foto.  ¿Lo han percibido?  La camisa.  Mons. Romero viste esa camisa que todos vimos en la ceremonia de beatificación, ahora conocida simplemente como “la camisa ensangrentada”, porque fue la prenda que quedó bañada de sangre en la triste y violenta muerte martirial del beato.  No hay otras fotos publicadas de Romero vistiendo la camisa que muestren la camisa entera.
El Padre Cabarrus, de la foto, se queda con la última palabra.  En su libro “Seducidos Por El Dios de los Pobres” (Madrid, 1995), él escribe estas sabias palabras sobre los padecimientos del obispo mártir: “La Arquidiócesis de San Salvador fue un reto para Monseñor Romero, y el Arzobispo Romero fue un reto para su pueblo”.


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