AÑO
JUBILAR por el CENTENARIO del BEATO ROMERO, 2016 — 2017:
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El periodista
vaticano Massimo Faggioli bromeó en un mensaje de Twitter: “Muchos católicos están anticipando la
próxima conferencia de prensa del Papa Francisco”. Añadió el hashtag “#DACA”,
una referencia a la reciente acción de la administración Trump para cancelar
los arreglos legales para los jóvenes inmigrantes indocumentados, que seguramente
será el tema de al menos una pregunta durante el vuelo de regreso del Papa,
cuando suele dar una conferencia de prensa a bordo (al deleite de sus
partidarios y el disgusto de sus detractores).
Es precisamente
por la posibilidad de un intercambio franco que ofrecen estos encuentros que
ofrezco a cualquier Vaticanista que esté abierto a ello una pregunta sugerida acerca de Mons.
Óscar Romero que podrían preguntar al Papa durante la conferencia del
viaje de regreso.
Las conferencias
de prensa en-vuelo de los papas son oportunidades para obtener nuevos
conocimientos sobre las causas de canonización pendientes. Fue durante un
tal encuentro hace diez años que alguien preguntó al Papa Benedicto sobre la
beatificación Romero. En la novena pregunta, hacia el final de la conferencia,
el corresponsal de I. Media de Francia le preguntó a Benedicto si, durante ese
viaje al “continente de monseñor Óscar
Romero”, gustaría comentar el estado de la causa o “cómo ve usted esta figura”. [Ver el Video—en
italiano.] Benedicto XVI fue muy sincero en su respuesta, aseverando un “no dudo” sobre si Romero personalmente “merece la beatificación”, pero que las
implicaciones políticas aun deberían ser investigadas. La expresión inusual de la
opinión personal del Papa fue suprimida en la transcripción oficial del intercambio. Sin embargo, el respaldo efímero sin
duda prestó un nuevo ímpetu a la causa.
Del mismo modo,
cuando se le preguntó a Francisco sobre la causa de Romero durante su regreso
de Corea en 2014, reveló el pensar vaticano—no específicamente sobre Romero,
sino en los procesos de canonización, generalmente. Para entonces, Romero
estaba en el tramo final de su camino hacia la beatificación. Pero Francisco dijo en
respuesta a la pregunta de Philip Pulella, de Reuters: “Lo que a mí me gustaría es que se esclarezca: si se da martirio in
odium fidei, por haber confesado a Cristo o por haber hecho las obras que Jesús
nos manda para con el prójimo. Y esto tienen que hacerlo los teólogos, que lo
están estudiando”. A principios de este año, casi tres años después del comentario
del Papa, Francisco anunció una nueva
pista hacia la beatificación para “aquellos
cristianos que, siguiendo más de cerca los pasos y las enseñanzas del Señor
Jesús, han ofrecido voluntaria y libremente su vida por los demás y perseverado
hasta la muerte en este propósito”—más o menos como lo había presagiado en el
2014.
En consecuencia,
es en este último sentido que plantearé una nueva pregunta para Francisco sobre
Romero. El estado de la causa de canonización de Romero es generalmente
conocido, debido a la información hecha pública por la Arquidiócesis de San
Salvador y el postulador, Monseñor Vincenzo Paglia, estableciendo que Roma está
en el proceso de estudiar un milagro que podría llevarnos a la canonización en
el próximo un o dos años. [Más.] Por lo tanto, una pregunta sobre el estado de la
causa me parecería una oportunidad perdida para recopilar información nueva. En
cambio, lo que podría ser más interesante es una pregunta diseñada a impulsar
una reflexión personal como lo hizo Benedicto.
De hecho, dado
el contexto de esta visita, tal pregunta parece más que apropiada. Este año se
cumplen los 100 años del nacimiento de Romero, por lo que es natural
reflexionar sobre su legado y el impacto que ha tenido en la Iglesia. El día
antes de su partida, Francisco visitará Medellín, la ciudad colombiana donde la
conferencia episcopal latinoamericana adoptó la frase “la opción preferencial por los pobres” y el profundo compromiso con
la justicia social que, para muchos, Romero ejemplificó. Este año es también el
décimo aniversario de la Conferencia de Aparecida, considerada como el modelo
del pontificado de Francisco, incluso su compromiso de volver a ser “una Iglesia pobre y para los pobres”,
como Francisco ha expresado la
fórmula. (Ahí es donde Benedicto se dirigía cuando dijo que no tenía ninguna
duda de que Romero merecía ser beatificado, y el mismo Francisco, siendo el
cardenal Bergoglio, dijo a unos
clérigos salvadoreños que si él fuera papa, lo primero que haría sería
canonizar a Romero). Por último, el clima de posguerra en Colombia donde el Papa ha estado, hace de El Salvador un punto de referencia relevante.
Por lo tanto, la
pregunta que le haría a Su Santidad es:
·
En el centenario de su nacimiento, ¿cómo ha influido
el B. Óscar Romero en la Iglesia del Continente, en su propia vida espiritual y
/ o en su papado?
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