AÑO
JUBILAR por el CENTENARIO del BEATO ROMERO, 2016 — 2017:
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Foto Tania Escobar. |
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Este domingo 3
de septiembre de 2017, hubo una celebración en la Cripta de la Catedral
Metropolitana de San Salvador por el primer año del rezo de la Coronilla
del Beato Óscar Romero a la par de su Sepulcro en ese lugar. Para la ocasión se exhibió el documental “El
Desagravio”, y el cineasta Gianni Beretta estuvo presente para hablar sobre los
pormenores de su producción. El evento
también conllevó un pastel, tamales, y—por supuesto—el rezo de la Coronilla,
liderada por Paulita Pike de la asociación laica Cultura Romeriana. [Fotos.]
Para contextualizar
el evento, es necesario repasar brevemente la historia de la Coronilla, escrita
por este servidor originalmente en el 2005, y aprobada
oficialmente por la Arquidiócesis de San Salvador el año pasado. Fue presentada formalmente para las
celebraciones del natalicio de Romero del 2016, y rezada por primera
vez en la Cripta el 21 de agosto del 2016.
Cultura Romeriana coordinó la impresión de 5,000 ejemplares , con la
dirección artística de Paulita Pike y el diseño de Caro Jaime, pagadas por el
generoso patrocinio del Arzobispado de San Salvador. Paulita llevó el
panfleto a Ciudad Barrios, tierra natal del Beato, dejando copias con el
párroco de la iglesia local y al Nuncio Apostólico para El Salvador, quien las
llevó a Roma. El 1ero de junio del año actual, se
estableció el rezo de la Coronilla en la Diócesis de Tarahumara, México.
Sin embargo, el
camino de esta devoción no ha sido del todo sin estorbos y obstrucciones. A pesar de contar con el apoyo del arzobispo,
los organizadores del rezo en la Cripta se han encontrado en una lucha
constante por mantener el espacio, a veces cruzándose con otros grupos
parroquiales, con los guardianes de la cripta, y hasta con los sacerdotes
encargados de su administración. La
batalla frontal por mantener la devoción permanentemente en el lugar donde
reposan los restos mortales del primer santo salvadoreño le ha tocado a la ya
mencionada Paulita, como la gestora de Cultura Romeriana, quien ha hecho un
cabildeo constante para que la Coronilla fuera aprobada, para que su rezo fuera
hecho correctamente, y más que todo, para que no se le cierren las puertas o
fuera desplazado de la Cripta.
Aquí cabe resaltar
un punto que ocasionalmente se pierde en el mundo de los asuntos de la Iglesia,
y eso es que el rezo de la Coronilla en la Cripta no solamente cuenta con el
respaldo del arzobispado, sino que encaja armónicamente con lo que el Papa
Francisco ha dicho en reiteradas ocasiones que quiere ver con respecto a Mons.
Romero. El Nuncio Apostólico (el
representante oficial del papa) Mons. León Kalenga lo ha repetido varias veces:
que el Papa Francisco quiere ver crecer la devoción a Romero entre la
gente. “No hay canonización sin culto”—ha dicho rotundamente Mons. Kalenga—“si
hacemos bien el culto, las devociones, las peregrinaciones, oraciones”. Por otro lado, si se desarrolla una verdadera
devoción popular, dice
Mons. Kalenga, “estas acciones serán escuchadas en Roma” a favor de la eventual
canonización del Beato. En este sentido,
el papa ha señalado la importancia de la Cripta, dice
el Arzobispo José Luis Escobar, como el lugar “donde él está”, y que por ende debe ser un centro de su devoción.
En términos generalizados,
el llamamiento del papa de fomentar la devoción a Romero concuerda con su opinión
sobre la importancia de la piedad popular.
Esta, ha escrito Francisco, es “una
manera legítima de vivir la fe, un modo de sentirse parte de la Iglesia, y una
forma de ser misioneros” que “conlleva
la gracia de la misionariedad, del salir de sí y del peregrinar”, ya que “el caminar juntos hacia los santuarios y el
participar en otras manifestaciones de la piedad popular, también llevando a
los hijos o invitando a otros, es en sí mismo un gesto evangelizador”. [Papa Francisco, «Evangelii Gaudium», 124.] “Pienso
en la fe firme de esas madres al pie del lecho del hijo enfermo que se aferran
a un rosario aunque no sepan hilvanar las proposiciones del Credo”, escribe
el Papa; “quien ama al santo Pueblo fiel
de Dios no puede ver estas acciones sólo como una búsqueda natural de la
divinidad; son la manifestación de una vida teologal animada por la acción del
Espíritu Santo que ha sido derramado en nuestros corazones”. [Id., 125.]
Finalmente, para
Francisco, la piedad popular supone un fuerte antídoto contra el mal del
clericalismo, que es el principal impedimento para el ejercicio libre de la
piedad popular. “El clericalismo lejos de impulsar los distintos aportes, propuestas,
poco a poco va apagando el fuego profético que la Iglesia toda está llamada a
testimoniar en el corazón de sus pueblos”, escribió el Pontífice en una carta
a la Pontificia Comisión para América Latina.
Para resistir el mal del clericalismo, dice el Santo Padre, es necesario
confiar en los laicos: “Confiemos en
nuestro Pueblo, en su memoria y en su ‘olfato’, confiemos que el Espíritu Santo
actúa en y con ellos, y que este Espíritu no es solo ‘propiedad’ de la
jerarquía eclesial”. [Id.]
La acción de los
laicos, concluye Francisco, es “una
acción que no queda ligada a la esfera íntima de la persona sino por el
contrario se transforma en cultura; una cultura popular evangelizada contiene
valores de fe y de solidaridad que pueden provocar el desarrollo de una
sociedad más justa y creyente, y posee una sabiduría peculiar que hay que saber
reconocer con una mirada agradecida”. [Id.]
Esto último encaja con el actuar de Cultura Romeriana, que trata de
ligar la espiritualidad de la Coronilla con la vitalidad de la cultura popular,
como ha estado manifestado brillantemente al celebrar la Coronilla junto a la proyección
de un célebre documental sobre Mons. Romero.
“Ustedes tienen una figura que es universal
para la historia de la humanidad”—en Mons. Romero—ha dicho el cineasta
Beretta en la celebración en la Cripta, según Tania Escobar que estuvo presente. Y en la Coronilla de la Cripta, Cultura
Romeriana está proponiéndola en la clave universal del Papa Francisco.
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