ALOCUCIÓN DE MONS. JOSÉ LUIS ESCOBAR
ALAS
DURANTE AUDIENCIA ESPECIAL CON S.S.
EL PAPA FRANCISCO
Lunes 15 de octubre de 2018
Aula Pablo VI
[ EN ]
Me complace expresarle
nuestro más profundo agradecimiento por todo lo que ha hecho en favor de la
causa de canonización de nuestro amadísimo obispo, pastor, profeta, y mártir,
San Óscar Arnulfo Romero. No tenemos
palabras que suficientemente puedan expresar los sentimientos que embarcan
nuestros corazones por tanta alegría y júbilo.
Nos sentimos verdaderamente dichosos al contemplar al amadísimo padre de
nuestro pueblo revestido de gloria y elevado a los altares.
Bien sabemos que este
es un don especial de la bondad divina.
Es un inmenso regalo de Dios. Por
eso acabamos de celebrar una solemne Eucaristía de Acción de Gracias al
Señor. Pero también sabemos que Cristo
ha actuado mediante Su Vicario en la tierra y que ha sido Usted, Santo Padre,
el instrumento del Señor para que nuestro amado Mons. Romero haya sido tan
altamente glorificado. Por eso nuestra
gratitud para con Usted es eterna y nunca vamos a poder pagar tan grande bondad
recibida de su persona; solo Dios sabrá recompensar con creces tanta bondad de
su parte para con nosotros y para con nuestro pueblo.
Deseo hacer propicia la
ocasión para suplicarle en nombre de los pastores y el pueblo de Dios a Usted,
Santo Padre, de la manera más atenta, humilde y respetuosa, tenga a bien
autorizar la apertura del debido proceso para que San Óscar Arnulfo Romero sea
declarado Doctor de la Iglesia, pues estamos seguros que su valiosísimo
magisterio y su testimonio de vida será un faro de luz que iluminará el mundo
actual, que tristemente padece oscuridad, por una parte, falta de fe, y por
otra, graves injusticias sociales que causan gravísimas violaciones de los
derechos humanos y de la dignidad de las personas.
En nombre de todos los
salvadoreños le reitero nuestra cordial invitación a visitar a nuestro país. Le invitamos a visitar a Mons. Romero y le
pedimos en esa misma ocasión tenga la bondad de beatificar al querido Padre
Rutilio Grande. Tener a Su Santidad en
nuestro país será otra inmensa gracia de Dios para nuestro pueblo.
Finalmente, en este
momento de turbulencia que atraviesa la nave de la Iglesia, expresamos a Usted,
Santo Padre, nuestra absoluta fidelidad, nuestro total apoyo, y puede estar
seguro de nuestra continua oración por su persona y su ministerio petrino. Y ahora, inclinados a Usted con reverencia,
suplicamos nos imparta su bendición para nuestro pueblo en El Salvador, y para
todos nosotros los peregrinos.
Muchas gracias.
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