#SanÓscarRomero #Beatificación
En una nueva
carta pastoral, el Arzobispo de San Salvador Mons. José Luis Escobar Alas argumenta
que el recién canonizado San Óscar Arnulfo Romero es un “Mártir de la Eucaristía”. La carta
pastoral, titulada «La Santa Misa llevada
a la vida diaria», y fechada el 14 de octubre del año en curso—fecha en que
Romero fue canonizado (pero difundida esta semana)—es la tercera del sucesor
del santo mártir, después de otras publicadas en 2017
y 2016,
ambas alusivas a Romero.
En «La Santa Misa», el Arzobispo presenta a
Romero como mártir eucarístico porque “[s]u
vida, pasión y muerte estuvo fundamentada en la Eucaristía y fortalecida por
Ella misma. Su martirio en odium fidei fue gracias a la Eucaristía”. (SM,
16). “Desde su primera comunión, amó la Eucaristía, se ordenó sacerdote para
poder consagrar el pan y el vino; vivió eucarísticamente y murió como hostia en
oblación al Señor durante la celebración de la Eucaristía”, relata el
Arzobispo. (SM, 369.)
Presentando el
documento el domingo pasado durante una rueda de prensa después de la Misa
dominical, el prelado introdujo su tesis diciendo que “la Santa Misa” debe ser “no
solo celebrada, sino llevada a la vida diaria, porque la fe no tiene que ser
solo celebrada, sino que vivida en el día a día”. Explicó que la carta tiene tres partes, la
primera parte pasa por la historia de la devoción eucarística en la patria que
termina en un análisis de la situación actual, de conflictividad social en el país. “Entonces
la gran pregunta es; Por qué, ¿si vivimos la Santa Misa, cómo es posible que
tengan lugar las injusticias que nos llevan a una situación de tanta violencia?” La segunda parte incluye una profundización
teológica y catequética sobre la Eucaristía.
La tercera parte constituye una exhortación que toma por modelos, a
Cristo, la Virgen, y los Santos, primordialmente San Óscar Arnulfo Romero.
Escobar Alas
aseveró a la prensa que Romero “vivió la
Eucaristía en plenitud y la predicó, la celebró todos los días y tuvo la dicha
de morir celebrando la Eucaristía y por eso nosotros afirmamos en la Carta de
forma repetitiva que Monseñor también es un Mártir
de la Eucaristía; sin quitarle los demás méritos y los demás títulos que ya
tiene, pero hemos querido también acuñar este, porque sentimos que lo merece—por supuesto—el Mártir de la Eucaristía”.
Escobar Alas
escogió el tema de su nueva pastoral el año pasado, prácticamente antes de que
la tinta de su carta anterior estuviera seca. Ciertamente, la Eucaristía es un tema
muy cercano al corazón del Arzobispo, cuyo escudo episcopal incorpora un cáliz
y una Hostia en la parte superior de este, con el lema “Tomad y Comed Todos de Él” debajo del escudo. La necesidad de impartir una gran catequesis
nacional (de más de 200 págs.) sobre la Eucaristía como parte de su legado episcopal ha sido un gran
ímpetu detrás de la decisión del Arzobispo de publicar esta carta.
La coincidencia
con la canonización de Romero ha sido como un alineamiento estelar, y el
traslape entre la devoción de Escobar Alas a la Eucaristía y la distinción de
Romero como un Mártir de la Eucaristía ha resultado providencial.
“Bienaventurado San Romero que llevó su
sacerdocio hasta el martirio dando testimonio no sólo con palabras sino con
hechos”, proclama su sucesor en su tercera carta (SM, 409)—palabras que podrían convertirse en una nueva plegaria para
insertar al final de la recitación de la Coronilla
de San Óscar Arnulfo Romero (también enfocada en la Eucaristía).
Con el Arzobispo, mi hija, y la pintora Gothy Lopez. |
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