AÑO
JUBILAR por el CENTENARIO del BEATO ROMERO, 2016 — 2017:
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Obispos salvadoreños con el Card. Ezzati. |
Durante el
aniversario en 1982 del asesinato de Mons. Óscar A. Romero surgió una consigna
que resonaría en muchas actividades ligadas al obispo mártir: “Queremos
obispos como monseñor Romero”.
Se convirtió en el veto popular contra un episcopado que las masas
percibían como demasiado alejado al estilo que ahora promueve el papa
Francisco: los “pastores con olor a oveja”—o como terminaba diciendo la
consigna, “junto al pueblo pobre”.
Bastante tiempo ha transcurrido desde aquella época, y ahora muchos
obispos parecen querer recoger el estilo del ex-Arzobispo de San Salvador. Examinamos el elogio que doce de ellos hicieron
al obispo mártir durante la reciente conmemoración del centenario de su
nacimiento.
En primer lugar,
el Obispo de Roma, el Papa Francisco, emitió una carta
para el centenario del natalicio de Mons. Romero, en que reza: “Ya se cumplen cien años del nacimiento del
beato Óscar Arnulfo Romero, obispo y mártir, ilustre pastor y testigo del
Evangelio, decidido defensor de la Iglesia y de la dignidad del hombre. Hijo de
la amada tierra de El Salvador, habló a la gente de nuestro tiempo de la obra
salvífica de nuestro Señor Jesucristo y de su amor hacia todos, especialmente
hacia los pobres y descartados. Tanto en su vida sacerdotal como en el comienzo
de su ministerio episcopal experimentó un singular camino espiritual, que lo
llevó a propagar la justicia, la reconciliación y paz”.
El Cardenal
Ricardo Ezzati, Arzobispo de Santiago de Chile y representante personal
del papa en las conmemoraciones, agregó: “me
atrevo a decir que el Beato Mons. Romero es un mártir de la Esperanza. Lo es
para los más pobres del Continente, lo es para nuestra querida Iglesia, lo es
para los que luchan por la justicia, la reconciliación y la paz que, con cariño
renovado, ya lo llama ‘San Romero de América’.”
Por su parte, el
Cardenal
Christoph Schönborn, Arzobispo Viena, dijo que Mons. Romero “pertenece a aquellos grandes personajes que,
sin poder y sin armas, han cambiado el mundo solamente a través de su
testimonio”.
El Arzobispo
de Bolonia, Italia, Mons. Matteo Zuppi, escribió en una carta que el
centenario de Romero “es una oportunidad
importante para agradecer a Dios por su testimonio y elegir, según su ejemplo,
un renovado y apasionado compromiso con la paz ... Su amada memoria nos anima y
nos confirma en el compromiso con la Paz de Cristo”.
El Arzobispo
Giovanni Ricchiuti, presidente de la Pax Christi de Italia, destacó que Romero fue un “valiente testimonio del Evangelio por la
Justicia y la Paz ... El legado espiritual y la actualidad del testimonio de
Monseñor Romero impulsan el compromiso de la comunidad mundial para construir
la paz basada en la justicia y los derechos de los pueblos”.
Otros han
tratado de disertar la inspiración del mártir.
En una misa por el centenario de Romero y por la Fiesta de la Asunción
de la Virgen, el Arzobispo de San Antonio, Texas, Gustavo García-Siller comentó
que “al celebrar también el 100 °
cumpleaños del Beato Óscar Romero, el desaparecido Arzobispo de San Salvador,
celebramos la vida de alguien que siguió el ejemplo de María”.
El Arzobispo
de Los Ángeles, California, José Gómez, hizo énfasis sobre la necesidad
de abogar por el bien común del pueblo como lo hizo Romero: “En nombre del Beato Óscar, sigamos trabajando
para construir una mejor ciudad de Los Ángeles, un mejor país y un mundo mejor
... Sigamos trabajando con empeño por la reforma migratoria, para mantener a
nuestras familias unidas, para lograr derechos para nuestros trabajadores y
para despejarles el camino para llegar a convertirse en nuevos ciudadanos de
esta gran tierra en la que vivimos”.
El que fue su amigo,
el Cardenal
Gregorio Rosa Chávez, de San Salvador, quiso recordar a otros mártires
de El Salvador: “Nos resulta fácil
aplicar este calificativo cuando hablamos de monseñor Romero, de los sacerdotes
asesinados y de las cuatro mujeres estadounidenses —tres religiosas y una
misionera seglar— a quienes se arrebató la vida en diciembre de 1980. Sin
embargo tenemos una deuda que debemos comenzar a pagar cuanto antes: estamos
obligados por gratitud a Dios y por amor a la verdad, a rescatar la memoria de
cientos de mártires anónimos, la mayoría de los cuales son humildes campesinos
y humildes campesinas”.
El Arzobispo
Vincenzo Paglia, postulador de la causa de canonización de Mons.
Romero, se detuvo para profundizar sobre su humanidad. “Romero
no fue un Supermán”, dijo. “Él temía morir, y se lo confesó a sus amigos
en reiteradas ocasiones. Pero él amó a
Jesús y a su rebaño más de lo que amó a su propia vida. Esto es lo que significa ser mártir. El amor de Jesús y por los pobres es más
grande que el amor de sí mismo. Esto es
el poder del mensaje de Romero”.
El Arzobispo
de Panamá Mons. José Domingo Ulloa expresó un sentimiento parecido: “Ante la gigante figura de Óscar Arnulfo
Romero, no podemos olvidarnos lo que él fue: un ser humano que amaba a los
suyos, o sea, a todos. Por vocación fue sacerdote, ministro de Cristo y siervo
de los que le fueron confiados, especialmente de los campesinos y de los
necesitados. Eso es lo que por encima de todo, es lo único que quiso ser. Ahora
esperamos con gozo el día de la canonización de monseñor Romero, quien es
motivo de inspiración para el compromiso cristiano”.
El Obispo
de Dallas, Texas, Edward Burns, explicó su decisión de hacer una Misa
en homenaje a Romero. “Cuando fui a El
Salvador y me enteré que su aniversario iba a ser hoy, supe que teníamos que
hacer algo, especialmente por la comunidad latina que vive aquí en Dallas”,
comentó Burns, quien asumió su cargo en febrero. “Óscar Romero fue un gran hombre de fe y un gran pastor fiel de nuestra
comunidad latina”, proclamó el obispo en su homilía.
El Arzobispo
de San Juan de Cuyo, Argentina, Jorge Lozano, explicó la admiración por
Romero que sienten muchos fieles, incluso el arzobispo: “así son los santos, factores de unidad y comunión aun ante el odio de
los enemigos”, y expresó: “Dan ganas
de imitar su entrega y claridad. Acaricio y beso su tumba, su memoria y su vida”.
Otros obispos no
emitieron pronunciamientos pero sí hablaron a través de sus gestos. El Obispo de Astorga, España, José Antonio
Menéndez, inauguró un vitral con la figura del Beato Romero en una
iglesia, mientras que el Obispo Joseph Toal de Escocia,
develó un lienzo del Beato Romero para marcar su adopción como el santo patrono
del Fondo de Ayuda Internacional Católico Escocés (SCIAF, por sus siglas en
inglés).
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