BEATIFICACIÓN
DE MONSEÑOR ROMERO, 23 DE MAYO DEL 2015
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Por segunda
vez este año, el Papa Francisco ha modificado la composición del episcopado
salvadoreño, sustituyendo el Obispo de Santa Ana, una de las siete diócesis
territoriales de la provincia eclesiástica de El Salvador. El Santo Padre ha transferido al actual
Obispo de San Miguel, Monseñor Miguel Ángel Morán Aquino,
a esa sede, tomando el lugar de Mons. Romeo Tovar Astorga, quien ha llegado a
la edad límite de 75 años.
El
nombramiento tiene el sabor de una movida en un juego de ajedrez, ya que deja
futuros movimientos en suspensión. En
primer lugar, la transferencia de Mons. Morán de San Miguel a Santa Ana, deja
un vacío en la Diócesis de San Miguel, que el Santo Padre tendrá que llenar en
su momento. Es la única sede vacante en
la provincia eclesiástica salvadoreña.
También es probable que el Santo Padre nombrará un relevo para Mons. Luis
Morao Andreazza, Obispo de Chalatenango, que también ha superado la edad límite
(ya tiene 76 años). Si el Santo Padre
llena estos puestos con futuras transferencias, podría crear vacancias
adicionales.
Mons. Morán Aquino, de 60 años, es hijo natal de la Diócesis de Santa Ana y fue párroco de su catedral; ha sido obispo por 15 años. Por otro lado, como titular de San Miguel, le tocó conocer la figura de Mons. Romero, ya que el primer beato salvadoreño fue nacido en San Miguel, y Mons. Morán tuvo que ser un defensor de su causa de beatificación. Entre su otros cargos, ha sido prefecto de los estudios en el seminario mayor San José de la Montaña, y actualmente es delegado de la Conferencia Episcopal ante el CELAM y encargado del Institución de prevención social del clero.
Mons. Morán Aquino, de 60 años, es hijo natal de la Diócesis de Santa Ana y fue párroco de su catedral; ha sido obispo por 15 años. Por otro lado, como titular de San Miguel, le tocó conocer la figura de Mons. Romero, ya que el primer beato salvadoreño fue nacido en San Miguel, y Mons. Morán tuvo que ser un defensor de su causa de beatificación. Entre su otros cargos, ha sido prefecto de los estudios en el seminario mayor San José de la Montaña, y actualmente es delegado de la Conferencia Episcopal ante el CELAM y encargado del Institución de prevención social del clero.
Con el retiro
de Astorga, ahora obispo emérito de Santa Ana, sale el último prelado
conservador de la conferencia episcopal salvadoreña, quien se une a la bancada
de prelados conservadores en retiro, incluyendo Mons. Fernando Sáenz Lacalle,
Arzobispo emérito de San Salvador, y Mons. José Oscar Barahona Castillo, obispo
emérito de San Vicente. Por el
contrario, la composición de obispos activos consiste mayoritariamente en
prelados moderados o progresistas, incluyendo el recién nombrado nuevo
obispo de Santiago de Maria, William Ernesto Iraheta Rivera,
que será instalado el 12 de marzo.
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