BEATIFICACIÓN
DE MONSEÑOR ROMERO, 23 DE MAYO DEL 2015
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En un discurso
el viernes 25 de septiembre de 2015 ante la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo
Sostenible post 2015, el Presidente Salvador Sánchez Cerén de El Salvador
propuso la figura del beato Óscar Arnulfo Romero como un referente de la visión
integral para el desarrollo en la región.
La beatificación de Romero el pasado mayo, dijo Sánchez Cerén “acompañará los objetivos de este encuentro
mundial, pues Monseñor Romero trabajó y ofrendó su vida por los ideales de
justicia y dignidad humana que hoy nos proponemos”. El mandatario salvadoreño expresó su deseo de
que “el mensaje de valentía y paz del
beato Romero nos guíe también en esta cumbre y nos de impulso para construir
bienestar y felicidad en el planeta”.
El discurso del
presidente salvadoreño quedó desplazado por la gran noticia en Naciones Unidas
que fue la presencia del Papa Francisco durante la misma semana, como también
el debut del mandatario cubano Raúl Castro en la sede de la ONU en Nueva
York. La decisión del estado salvadoreño
de exaltar la figura de Romero como parte de su presentación ante la ONU es
interesante porque sugiere una estrategia de adoptar a Romero como el máximo
símbolo de identidad nacional. Esta
decisión debe leerse en continuidad con decisiones anteriores, como la de
nombrar el aeropuerto de el Salvador “Mons. Óscar A. Romero”, de promover una
ruta turística sobre el mártir, y como el galardón que la misma ONU le dio al conmemorar el
aniversario de su asesinato como el Día Internacional del Derecho a la Verdad de
las Víctimas de Violaciones Graves de los Derechos Humanos.
El antecesor del
Pdte. Sánchez Cerén, el Presidente Mauricio Funes, también adoptó a Romero como
referente moral e inspiración de su gobierno.
Sin embargo, las decisiones de Sánchez Cerén parecen encaminar a Romero
a ser un símbolo nacional y no solamente el estandarte de un dado
gobierno. En su discurso ante la cumbre
sobre el Desarrollo Sostenible, el Pdte. Sánchez Cerén enfatizó el legado de
Romero sobre el tema de la justicia social y el bien común y propuso a Romero
como una luz de guía en ese marco de referencia.
“Es necesario que la revisión del sistema de
financiamiento para el desarrollo esté basada en una visión integral y plural,
en función del logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, exhortó el
presidente. La cumbre ha adoptado
objetivos tales como el fin de la pobreza; hambre cero; salud y bienestar;
educación de calidad; agua limpia y saneamiento; energía asequible y no
contaminante; trabajo decente y crecimiento económico; reducción de las
desigualdades; producción y consumo responsable; acción por el clima; y paz,
justicia e instituciones sólidas.
Si el Beato
Romero llega a tener la identificación con una visión de nación como el
gobierno salvadoreño esté planteando, podría ser para El Salvador el
equivalente de lo que San Patricio es para Irlanda, Santiago el Apóstol es para
España o San Jorge para Inglaterra.
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