BEATIFICACIÓN
DE MONSEÑOR ROMERO, 23 DE MAYO DEL 2015
|
||
|
En una carta al Papa Francisco escrita días antes de su muerte, el líder radical italiano Marco Pannella confesó al pontífice, “He tomado en mano la cruz que llevaba Mons. Romero y no logro despegarme de ella”. Pannella, un no creyente, había pedido la cruz pectoral del Beato salvadoreño prestada a Mons. Vincenzo Paglia, postulador de la causa de Romero, y sintió una fuerte atracción a la reliquia que le dificultó devolverla. Mons. Paglia confesó que se sintió mal en tener que insistir que se la devolviera, ya que la reliquia parecía despertar un ansia espiritual en su amigo ateo, que estaba muriendo de cáncer.
El episodio pone
en manifiesto el atractivo que la figura de Romero presenta a los ateos
comprometidos, ya que Mons. Romero se propuso el reto de atraer precisamente a
tales personas a la fe. “No basta decir: yo soy ateo; yo no creo en
Dios; yo no lo ofendo”, el Beato Romero dijo en su famosa última homilía
dominical. “Si no es cuestión de que tú creas, es que objetivamente tú tienes rotas
tus relaciones con el principio de toda vida. Mientras no lo descubras, y no lo
sigas, y no lo ames, tú eres una pieza descoyuntada de su origen”, dijo
Romero, previendo el anhelo de alguien como Pannella por lo Absoluto. La cruz de Romero es un tótem de esa sed de
trascendencia en los que trabajan por la justicia.
Mons. Paglia
obtuvo la cruz de Mons. Ricardo Urioste, vicario de Romero, luego de ser
nombrado postulador. Le dijo el amigo
del mártir, “Esta es la cruz de Mons.
Romero. Te la regalo para que te
acompañe y te ayude en el trabajo de la Causa porque será una causa difícil y
tendrás que superar muchos obstáculos”.
Se trata de una de varias cruces asociadas con el arzobispo mártir, la
más preciosa de tres cruces pectorales utilizadas por Romero durante sus años
de arzobispo. Contrario a lo que algunos
han escrito, no es la cruz que Romero llevaba puesta en el momento de su
martirio; de hecho, es una cruz de Romero que casi no utilizó, quizá debido a
su austeridad personal.
Cruces pectorales del Beato Romero. La de la derecha, con un simple “IHS”, era la que usaba con más frecuencia. Fue sepultada con él. |
Según las oraciones
al revestirse para la misa pontifical, la cruz pectoral también está ligada a
la disposición al martirio. «Munire digneris me, Domine Jesu Christe»,
rezaba la antigua plegaria: “Digna
protegerme, Señor Jesucristo, de toda trampa de los enemigos, por la señal de Tu
Santísima Cruz: y digna conceder a este siervo inmerecido, que mientras tenga
sobre mi pecho esta Cruz ... tenga siempre en cuenta la memoria de la Pasión y
las victorias de tus Santos Mártires”.
Ahora esta cruz
de Romero se vuelve un símbolo potente del poder evangelizador de su propio martirio.
No comments:
Post a Comment