Al alcanzar el 38 aniversario
del martirio de Mons. Óscar A. Romero en visperas de su proxima canonizacion,
quisiera profundizar sobre los dos hitos.
Para algunos, el proceso de canonizacion de Mons. Romero estuvo indebida
e injustamente atrasado. Para otros—sin
duda, conservadores y catolicos tradicionalistas—ha habido demasiada “prisa”
para subirlo a los altares. A mi
criterio, este lapso de 38 anos pone en evidencia que los tiempos de Dios son
perfectos.
Por un lado, 38 anos ha sido
suficiente para madurar una valoracion de Romero que logra reinvindicarlo por
completo, especialmente ant tantos esfuerzos de ensuciarlo e incriminarlo con
el latigo de la lengua, como decia el Papa Francisco. Por otro lado, los 38 anos tambien han
servido para mostrarnos que el martirio de Mons. Romero sigue vigente,
interpelando a la Iglesia, a El Salvador, y al mundo entero.
En la Iglesia, la
canonizacion de Romero es un desagravio, un acto de contricion que finiquita
los argumentos y debates que varias decadas empanaron el nombre de Romero. “Roma locuta” y “causa finita”, dice el
dicho. Pero al darle la razon a Romero,
la Congregacion para las Causas de los Santos esta imponiendo un tremendo reto
a todos los que se opusieron a Romero, tanto en su vida como tras su muerte, y
tambien a nosotros los que nos decimes sus seguidores. Romero es un “santo incomodo”, y su ascenso a
los altares ha de de tener consecuencias para todo aquel que se dice cristiano.
En El Salvador, la
canonizacion de Romero habra de causar un “crujir de dientes” (Mat 8, 12). El pais debe analizar que significa para el
partido ARENA asumir el poder precisamente en la hora en que Romero ha sido
propuesto por la Iglesia como un ser humano modelo, cuando los fundadores del
partido lo senalaron como el enemigo de su proyecto, tanto asi, que a base de
eso lo eliminaron. Los obispos de El
Salvador tambien tendran que reflexionar, cuando el Postulador de la Causa
afirma que “existió un silencio en la Iglesia salvadoreña, como si lo hubiesen
abandonado”; un “silencio, culpable según mi punto de vista, de una parte del
episcopado salvadoreño”.
Tambien en el mundo, Romero
esta siendo aceptado como un unevo Martin Luther King o Mahatma Gandhi, un
apostol de la paz y la no violencia, que sirve de inspiracion mas alla de los
limites confesionales. Sin embargo, los
profetas como Romero significan tambien un reto al hedonismo egoista que sacia
todo apetito consumista y explota de manera violenta y agresiva todo lo que es
debil y desprotegido, incluyendo la misma vida.
Romero invita a hacer un mundo mas humano.
Estos 38 anos no han cambiado
nada en la vigencia—y urgencia—de Romero.
Tal y como aquel 24 de marzo de 1980, su muerte sigue denunciando e
interpelando; su martirio sigue siendo fecundo.
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