AÑO
JUBILAR por el CENTENARIO del BEATO ROMERO, 2016 — 2017:
|
||
|
Integrantes de Cultura Romeriana ante la Tumba del Beato Romero, entre la “Salus Populi Romani” y la Cruz Peregrina de la JMJ. |
Este miércoles 28
de febrero del 2018, los símbolos de la Jornada Mundial de la Juventud 2019
hicieron su peregrinaje por San Salvador, visitando lugares emblemáticos de la
vida y la muerte del Beato mons. Óscar A. Romero, incluyendo, por la mañana, la
Plaza Divino Salvador del Mundo donde fue beatificado en el 2015, y la Capilla
del Hospitalito Divina Providencia donde fue martirizado en 1980. Por la tarde, los símbolos—una réplica del icono
mariano llamado “Salus Populi Romani” (Salvación o Bienestar del Pueblo Romano)
y la Cruz Peregrina de la JMJ—pasaron por Catedral Metropolitana, descendiendo
a la Cripta donde yacen los restos del Beato.
Allí, los integrantes de Cultura
Romeriana recitaron la “Coronilla del Beato Romero”.
Por casualidad,
exactamente un mes antes, el Papa Francisco había celebrado una Misa especial
por la imagen original de la “Salus Populi
Romani”, que se conserva en la basílica papal de Santa María la Mayor en
Roma. La antigua imagen tiene un largo
historial de devoción papal que data a los 1500s y su origen podría remontarse
hasta el siglo IV. El nombre de la imagen,
“Salus Populi”, deriva de conceptos político-jurídicos
de la antigua Roma Imperial. La frase, “Salus populi suprema lex esto” significa
“el bienestar del pueblo es la suprema ley”, y deja entrever la profunda connotación
de este título mariano.
En su homilía de hace un mes, Francisco explicó: “En el pasado, los perseguidos y los necesitados buscaban refugio en las
mujeres de la nobleza: cuando su manto, que se consideraba inviolable, se
extendía como signo de acogida, la protección era concedida. Del mismo modo nos
sucede a nosotros en relación a la Virgen, la mujer de mayor rango del género
humano. Su manto está siempre abierto para acogernos y congregarnos”.
Mons. Romero, quien
hizo un peregrinaje a la Basílica donde se conserva la imagen por el Año Santo
declarado por Pablo VI en 1975, sin duda entendió su significado de igual manera. Dos años después, Romero, como arzobispo, predicó
que María sentía “que en cada hombre y en
cada mujer hay un hijo de Dios, un hermano al que atender. Y María no se cansa
de ejercer esa protección, esa mano tendida de madre y de reina para
conducirnos en el camino del cielo, en el camino del deber”.
Mons. Romero
propone un paralelo entre el ejemplo de María y el trabajo de la Iglesia: “la Iglesia como María sirven a la humanidad”,
dice Romero; anima a los hombres a enfrentar la vida con valentía y “los protege hasta donde alcanzan sus méritos
aquí en la tierra; y María en su cielo, que es todopoderosa por su oración, [también] los protege”.
Pero hay un
último paralelo, una comparación sublime que cabe mentar: el mismo Romero se
convirtió en una suerte de “Salus Populi Salvatoris” (Protector
del Pueblo Salvadoreño). Francisco lo llama, en el decreto de su beatificación, «Pater Pauperum» (padre de los pobres). Y el fallo en
contra del Cap. Álvaro Saravia emitido por un tribunal federal estadounidense
contenía entre sus conclusiones el hallazgo de que, tras la muerte de Mons. Romero,
“el
pueblo se quedó privado de su protector”. [Fallo del 23 de noviembre del
2004, sección V-B(6).] El juez dictaminó:
La muerte de monseñor Romero hizo que muchos se sintieran que quedaban sin protección contra la represión. Para muchos, su papel como “La voz de los sin voz” significó que él era su única protección contra el ataque. Muchos se sintieron profundamente despojados y atemorizados.
[Fallo, acápite
no. 176.] La sentencia además establece
que Romero era el máximo mediador entre los sectores, el único que tenía alguna
posibilidad de negociar la paz y el bienestar de las mayorías, que tras su
muerte explotó un gran éxodo del país, que aumentó la persecución religiosa, y que
hubo efectos psicológicos y económicos de grande escala por todo el país. En fin, las conclusiones del tribunal colocan
a Romero como un gran escudo espiritual que protegió el bienestar
del pueblo.
Y es esencialmente
lo que El Salvador en este preciso momento, sea de sus santos o de su Iglesia, está necesitando.
No comments:
Post a Comment