AÑO
JUBILAR por el CENTENARIO del BEATO ROMERO, 2016 — 2017:
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Francisco y Benedicto con el cardenal creado por Francisco, el amigo de Romero, Gregorio Rosa Chávez (izq.). |
En una carta reciente, el Papa Emérito Benedicto XVI se refiere al Papa
Francisco en términos de una “continuidad
interior entre los dos pontificados, incluso con todas las diferencias de
estilo y temperamento”. La estabilidad que debería resultar de tal
declaración se ha perdido temporalmente por una polémica que ha surgido
alrededor de la manera en que la carta del Papa Emérito fue publicada por el
Vaticano, pero se puede recuperar examinando la evidencia de tal “continuidad”
y uno de los puntos de convergencia podría ser el Beato Óscar Romero.
En una reciente entrevista, el Arzobispo Vincenzo Paglia, el Postulador de la Causa de Romero recuerda que fue
Benedicto XVI quien ordenó el desbloqueo de la causa, en diciembre de 2012,
varios meses antes de la acción del Papa Francisco para agilizar la causa, que
resultó más o menos una ratificación de la decisión del Papa Ratzinger, cuya
renuncia en febrero 2013 había suspendido el descongelo. Después en un tuit,
Paglia amplió, “Tanto Benedicto como
Francisco, como cardenales y como papas, siguieron los temas de cerca. Siendo
papa, Benedicto pudo remover obstáculos persistentes y no canónicos. Como papa,
Francisco ha asegurado que lo canónico proceda en cumplimiento pleno y puntual
con el derecho canónico”.
El desbloqueo
inicial por parte de Benedicto ya se había dado a conocer; inclusive, se
publicó por primera vez en
este blog. La entrevista
nueva al Arzobispo Paglia revela la energía con que Benedicto hablo sobre el
caso. Según Paglia, el entonces Papa le
dijo, “hay que desbloquearla. Baje
inmediatamente, vaya a ver al prefecto de la Congregación y dígale que el Papa
pide que sea desbloqueada y después lo escribiré yo mismo”. Las palabras de Benedicto contienen la misma
urgencia que las declaraciones de Francisco en el 2014: “ahora los
postuladores tienen que ponerse en marcha porque ya no hay impedimentos ... Es
muy importante que lo hagan con rapidez”.
La continuidad entre los pontificados también se evidencia en las personas que han llevado la Causa Romero, empezando con el
mismo Vincenzo Paglia, nombrado a la Curia Romana y elevado a arzobispo por
Benedicto XVI en el 2011 y retenido por Francisco como uno de sus asesores. También el Cardenal Angelo Amato, nombrado
Prefecto de las Congregación para las Causas de los Santos por Benedicto en el
2008, ha sido retenido en ese cargo por Francisco, aunque con sus 79 años ya ha
excedido los acostumbrados 75 años para la jubilación.
Esta semana
hemos visto otro personaje clave en la santificación de Romero que actúa como
puente entre los dos pontificados. El 22 de febrero del 2013, en uno de sus
últimos nombramientos, Benedicto nombro al Arzobispo Léon Kalenga como Nuncio
Apostólico (embajador del Vaticano) para El Salvador. El clérigo ha jugado un papel sumamente clave
para impulsar la causa como prioridad en la Iglesia Salvadoreña. Ahora el Papa Francisco lo ha premiado con un
nombramiento eminentemente personal: haciéndolo su representante para la tierra
natal del Pontífice, Nuncio en Argentina.
Desde la
declaración en una conferencia de prensa en un vuelo papal en mayo del 2008 por Benedicto de
que “no dudaba” que Romero mereciera la beatificación hasta el decreto de
Francisco haciéndolo realidad, podemos trazar una línea de continuidad entre
los dos pontificados a través de la figura del pronto-a-ser-santo Óscar Romero.
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