BEATIFICACIÓN
DE MONSEÑOR ROMERO, 23 DE MAYO DEL 2015
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La Arquidiócesis de San Salvador ha publicado una lista de iglesias donde los fieles pueden obtener una indulgencia plenaria durante el Año de la Misericordia declarado por el Papa Francisco. Varios de los templos nombrados tienen vínculos con el Beato Mons. Óscar A. Romero, especialmente los siguientes cinco, que permiten a los peregrinos salvadoreños y extranjeros acercarse a Monseñor durante el año santo y seguir sus pasos.
Esta fue la sede
de Mons. Romero durante los años de su arzobispado (1977-1980). La catedral incompleta se convirtió en el
icono de su “Iglesia de los Pobres”.
Allí reposan sus restos mortales, en la Cripta de Catedral donde fueron
visitados dos veces por el Papa San Juan Pablo II. Fue aquí que Mons. Romero celebró la “Misa Única”
por el asesinato del P. Rutilio Grande, y varios otros funerales de sacerdotes
asesinados. Frecuentemente, se instalaba
una tarima en las gradas para celebrar las misas al aire libre por la masiva
participación de la feligresía que no cabía adentro de la iglesia.
Mons. Romero
vivió en el campus de este hospital para cancerosos localizado en la Colonia
Miramontes, y fue asesinado en su capilla el 24 de marzo de 1980. ERomero había consagrado la capilla en 1974. l lugar se ha convertido en un verdadero
sitio de peregrinación, y la Iglesia Salvadoreña está en proceso de convertir
la capilla en una parroquia formal.
Además del santuario, la casita donde vivió el mártir es un pequeño
museo que conserva aspectos de su vida cotidiana, y muchas reliquias también.
Fue aquí que
Romero pronunció su famosa última homilía el 23 de marzo de 1980, en que exigió
a los cuerpos de seguridad que “¡Cese la
represión!”. En ocasiones en que la
catedral había sido tomada por grupos de protesta, Mons. Romero se veía
obligado a celebrar sus misas dominicales en otros templos, y la Basílica se
hizo su sede provisional. También fungió
como sede del arzobispado por un tiempo después de Romero mientras se terminaba
la catedral.
Localizada a una
cuadra de la Catedral Metropolitana, también esta Iglesia, modelo sobresaliente del estilo moderno, fue una sede alternativa de Romero en reiteradas ocasiones
durante las famosas ocupaciones de la catedral.
El Rosario estuvo implicada en algunos dramas de rehenes, incluyendo un
episodio representado en la película “Romero” (1989), en que unos manifestantes
buscan refugio en la Iglesia cuando el ejército abre fuego en contra de ellos,
y Romero tiene que llegar a consolar las víctimas.
Fue la iglesia
del P. Rutilio Grande, cuyo asesinato cambió el rumbo del ministerio de Mons.
Romero cuando este apenas estaba por comenzar.
Aquí está enterrado el mártir jesuita.
Romero llegó a la Iglesia en marzo de 1977 y “lloró a su sacerdote como podía hacerlo una madre por su propio hijo”,
como
lo dijo el Card. Amato.
Posteriormente, Romero llegó a retomar la iglesia después de una
ocupación militar, y regresó para conmemorar el aniversario del P. Tilo también.
Los siguientes
templos, no incluidos en el programa del Año Jubilar de la Iglesia pero también
ligados con Monseñor, ameritan una mención de honor. La iglesia de San José de la Montaña en
el seminario del mismo nombre fue donde Mons. Romero celebró su toma de
posesión como arzobispo en febrero de 1977.
La Parroquia La Resurrección en la Colonia Miramontes fue donde
Mons. Romero presentó su primera carta pastoral “La Iglesia de la Pascua”,
junto al P. Alfonso Navarro, quien fue asesinado a menos de un mes de esa fecha. El Santuario de Fátima en los Planes de
Renderos fue donde Mons. Romero pronunció las palabras citadas
por el Papa Francisco en una Audiencia General el año pasado: “espíritu de martirio, es dar en el deber, en
el silencio, en la oración, en el cumplimiento honesto del deber”, etc. De la misma forma, Mons. Romero predicó
homilías memorables en la Iglesia
del Cármen de Santa Tecla, en la Basílica
Nuestra Señora de Guadalupe (“La Ceiba”), y Santos
Inocentes de Antiguo Cuzcatlán.
Las dos últimas conllevan la posibilidad de obtener una indulgencia para
el Año de la Misericordia.
Ya sea para
católicos salvadoreños o para visitantes al país, la posibilidad de vivir la
espiritualidad de Mons. Romero para el Año Jubilar puede ser una experiencia
sin igual.
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