BEATIFICACIÓN
DE MONSEÑOR ROMERO, 23 DE MAYO DEL 2015
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Fieles hacen fila para venerar las reliquias del Beato Romero y los otros santos. |
Centenares de
fieles aglomeraron la Catedral de Los Ángeles el viernes 1 de julio para venerar las reliquias de un
cuarteto de santos de Inglaterra y de las Américas:
- Santo Tomás Moro, el canciller de Inglaterra ejecutado por el Rey Enrique VIII en 1535 por su oposición a la ruptura británica con la Iglesia Católica;
- San Juan Fisher, el cardenal y arzobispo inglés matado semanas antes que Santo Tomás, por las mismas razones;
- San Junípero Serra, el misionero de California de los 1700s, canonizado por el Papa Francisco durante su visita a Estados Unidos el año pasado; y
- el Beato Óscar A. Romero, el obispo mártir salvadoreño muerto en 1980 y beatificado también el año pasado.
El Arzobispo de
Los Ángeles José H. Gómez llevó la homilía de la concurrida Misa de viernes a
mediodía. “Estos cuatro santos tuvieron problemas con las autoridades donde vivían”,
exclamó el arzobispo. “Todos los tuvieron.
Es interesante, ¿no?” Luego propuso
la explicación del hecho, y sus consecuencias: “Seguir a Jesús significa que vamos a entrar en conflicto con las
autoridades de la sociedad, tal como lo hizo Jesús, y también como lo hicieron
los santos y los mártires”.
Después de la
Eucaristía, los organizadores del evento tocaron una grabación de Romero en la
que exhorta al ejército salvadoreño a no masacrar campesinos. “Una
ley inmoral, nadie tiene que cumplirla”, dice Romero, en palabras que
encajaban asombrosamente con la campaña de los obispos estadounidenses sobre la libertad religiosa.
Greg Weiler, un
miembro de la Sociedad de Santo Tomás Moro, una sociedad de abogados católicos,
que viajó desde el Condado de Orange para asistir al evento, dijo que sintió
escalofríos al oír la voz de Romero en la catedral. Weiler no había escuchado
la voz de Romero anteriormente, y el fragmento y su traducción al inglés por el
pastor de la catedral, intensificaron su interés por conocer mejor el mensaje de
Romero.
Las reliquias
del Beato salvadoreño fueron agregadas como atracción exclusiva del tramo L.A.
de la gira y encabezaron la cartelera en la promoción del evento dado a la
presencia de muchos salvadoreños en la Arquidiócesis de Los Ángeles. La introducción de las reliquias fue hecho
posible por la beneficencia de María Hilda y Guillermo González, quienes
prestaron las reliquias—un pedazo de una sábana con la sangre del mártir y un
micrófono usado por él.
María Hilda González
contó como ella y su esposo adquirieron el micrófono durante el funeral del
arzobispo mártir el 30 de marzo de 1980 después de quedar atrapados adentro de
la catedral salvadoreña cuando disturbios interrumpieron los ritos funerales
del prelado. Su esposo encontró el
micrófono de Romero abandonado en sus cercanías.
La Sra. González
explicó la importancia del micrófono, el cual “hemos conservado por nuestra vida sabiendo que él [Romero] muchas veces dijo que nosotros éramos
micrófonos de Dios y pidiéndole a Dios por intercesión de Mons. Romero que
podamos ser verdaderos micrófonos, buscando como él la justicia y la paz en
nuestras familias y en nuestras comunidades y en nuestros pueblos”.
Hablando con Súper Martyrio, el Sr. González también
resaltó la importancia de cuidar la memoria del Beato. “Tenemos
que mantener a Mons. Romero en nuestros corazones porque él dio su vida por
nosotros”, dijo.
En su homilía,
el Arzobispo Gómez pidió a los cuatro venerados personajes que obraran un
milagro. “Pedimos hoy a estos santos interceder por la iglesia perseguida”,
dijo Gómez, “para darles a nuestros
hermanos valentía y consuelo”.
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