Friday, October 16, 2015

Pensando en voz alta


 
BEATIFICACIÓN DE MONSEÑOR ROMERO, 23 DE MAYO DEL 2015
 


El viaje de la fantasía.
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La Iglesia salvadoreña invitará al Papa Francisco a visitar El Salvador y, estando allí, a canonizar al Beato Óscar Romero y beatificar al Siervo de Dios Rutilio Grande. El Pontífice ya ha dejado saber que pretende visitar México y posiblemente Colombia en el año 2016, y este viaje parece presentar la oportunidad perfecta para visitar El Salvador. Incluso planteo este bocado tentador. Un escenario sostiene que Francisco puede ir a Colombia por un tratado de paz que puede ser firmado el 23 de marzo. ¡Esto siembra la posibilidad de que Francisco vaya a El Salvador a canonizar a Romero en el (o cerca del) aniversario de su martirio el 24 de marzo! Sólo que yo no veo cómo se puede lograr.
El problema es que la canonización Romero y la beatificación Grande son procesos contingentes, abiertos alrededor de cuales es casi imposible planificar un viaje papal, y que podría no haber suficiente tiempo para terminar lo que queda por hacer a tiempo para incluirlos en el próximo paseo papal por América Latina. Tomemos la canonización Romero. La Iglesia salvadoreña piensa que tiene los milagros necesarios para la canonización. Pero todavía tienen que ser investigados por una comisión médica independiente, sus conclusiones aprobadas por una comisión de teólogos, la decisión de los teólogos afirmada por una comisión de cardenales, y esa decisión aprobada por el Papa. Incluso si nos imaginamos una vía rápida: dos meses para los médicos, un mes por los teólogos, y un mes para los cardenales (lo más pronto que probablemente se puedan mover a cada paso siguiente requiere un mes debido a la necesidad de caer en los calendarios mensuales de los distintos grupos), lo cual nos llevaría a febrero. Es simplemente imposible tener que esperar hasta entonces para tener claridad sobre si Francisco tendrá una razón para hacer el viaje. Eso ni siquiera tiene en cuenta la necesidad de avanzar la causa Grande a la misma vez.
Todo esto me recuerda del alboroto que se tuvo alrededor de la idea a principios de este año que Francisco iría a El Salvador para beatificar a Romero. Esto es considerando que la idea que se ventilaba era de que Francisco iría a El Salvador como parte de su viaje a Norteamérica, que lo llevó a Estados Unidos el pasado mes de septiembre. Incluso para un más tarde en el año, las partes indefinidas de la beatificación Romero presentaron demasiada incertidumbre para poder trabajar con ellas.
Nada me complacería más que el Beato Romero fuera canonizado el año después de que fue beatificado, pero tal vez una manera más segura de asegurar que sea canonizado por el Papa en El Salvador es apuntar por una canonización en el 2017, a tiempo del centenario de su nacimiento (15 de agosto 2017). Francisco prometió en Brasil que iba a volver a Aparecida en 2017, por lo que también deberá haber un viaje a América Latina en el 2017.
* * *
¡Sí, se puede!: para no ser del todo negativo, quiero reconocer que si el Espíritu Santo (y el Santo Padre) verdaderamente desean lograr el viaje y la canonización en el 2016, se puede lograr.  Las vías más obvias son dos: (1) la canonización equipolente de Romero, que se salta la necesidad de comprobar un milagro (como se hizo con San Juan XXIII y San Junípero Serra ... pero si ya hay tres milagros, ¿por qué no esperarnos un año más?); y (2) programando el viaje suficientemente tarde en el año (yo pienso que agosto/septiembre sería viable, ya que la razón principal que estorbó la visita a El Salvador en septiembre de este año fue más que todo preferencia papal).

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