BEATIFICACIÓN
DE MONSEÑOR ROMERO, 23 DE MAYO DEL 2015
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La Iglesia
salvadoreña invitará al Papa Francisco a visitar El Salvador y, estando allí, a
canonizar al Beato Óscar Romero y beatificar al Siervo de Dios Rutilio Grande.
El Pontífice ya ha dejado saber que pretende visitar México y posiblemente
Colombia en el año 2016, y este viaje parece presentar la oportunidad perfecta
para visitar El Salvador. Incluso planteo este bocado tentador. Un escenario sostiene
que Francisco puede ir a Colombia por un tratado de paz que puede ser firmado
el 23 de marzo. ¡Esto siembra la posibilidad de que Francisco vaya a El
Salvador a canonizar a Romero en el (o cerca del) aniversario de su martirio el
24 de marzo! Sólo que yo no veo cómo se puede lograr.
El problema es
que la canonización Romero y la beatificación Grande son procesos contingentes,
abiertos alrededor de cuales es casi imposible planificar un viaje papal, y que
podría no haber suficiente tiempo para terminar lo que queda por hacer a
tiempo para incluirlos en el próximo paseo papal por América Latina. Tomemos la
canonización Romero. La Iglesia salvadoreña piensa que tiene los milagros
necesarios para la canonización. Pero todavía tienen que ser investigados por
una comisión médica independiente, sus conclusiones aprobadas por una comisión
de teólogos, la decisión de los teólogos afirmada por una comisión de
cardenales, y esa decisión aprobada por el Papa. Incluso si nos imaginamos una
vía rápida: dos meses para los médicos, un mes por los teólogos, y un mes para
los cardenales (lo más pronto que probablemente se puedan mover a cada paso siguiente
requiere un mes debido a la necesidad de caer en los calendarios mensuales de
los distintos grupos), lo cual nos llevaría a febrero. Es simplemente imposible
tener que esperar hasta entonces para tener claridad sobre si Francisco tendrá
una razón para hacer el viaje. Eso ni siquiera tiene en cuenta la necesidad de
avanzar la causa Grande a la misma vez.
Todo esto me
recuerda del alboroto que se tuvo alrededor de la idea a principios de este año
que Francisco iría a El Salvador para beatificar a Romero. Esto es considerando
que la idea que se ventilaba era de que Francisco iría a El Salvador como parte
de su viaje a Norteamérica, que lo llevó a Estados Unidos el pasado mes de
septiembre. Incluso para un más tarde en el año, las partes indefinidas de la
beatificación Romero presentaron demasiada incertidumbre para poder trabajar con
ellas.
Nada me
complacería más que el Beato Romero fuera canonizado el año después de que fue
beatificado, pero tal vez una manera más segura de asegurar que sea canonizado
por el Papa en El Salvador es apuntar por una canonización en el 2017, a tiempo
del centenario de su nacimiento (15 de agosto 2017). Francisco prometió en
Brasil que iba a volver a Aparecida en 2017, por lo que también deberá haber un
viaje a América Latina en el 2017.
* * *
¡Sí, se puede!: para no ser del todo negativo, quiero reconocer que si el Espíritu Santo (y el Santo Padre) verdaderamente desean lograr el viaje y la canonización en el 2016, se puede lograr. Las vías más obvias son dos: (1) la canonización equipolente de Romero, que se salta la necesidad de comprobar un milagro (como se hizo con San Juan XXIII y San Junípero Serra ... pero si ya hay tres milagros, ¿por qué no esperarnos un año más?); y (2) programando el viaje suficientemente tarde en el año (yo pienso que agosto/septiembre sería viable, ya que la razón principal que estorbó la visita a El Salvador en septiembre de este año fue más que todo preferencia papal).
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