En su Audiencia General del 4 de septiembre, el Papa Francisco reiteró su llamado a la vigilia por la paz en Siria, el medio oriente y por todo el mundo agregando otro lugar: “También por la paz en nuestros corazones. Porque la paz empieza en el corazón”. Con este sentimiento, quisiera alargar mi deseo para la paz y la armonía adentro de la Iglesia.
En este sentido quisiera citar el ejemplo del quien pronto será Beato
Mons. Álvaro del Portillo, el Prelado del Opus Dei que escribió una carta en apoyo a Mons. Romero. En un momento en que algunos cuestionaban la autoridad y el mando de
Mons. Romero, el P. del Portillo le aseguró la fidelidad de los sacerdotes del Opus
Dei. En la carta, el P. del Portillo prometió
a Romero que sus curas vivirían el “espíritu
de la Obra, que nos lleva a secundar las indicaciones del Revmo. Ordinario en
todas las diócesis donde trabajamos, y a tirar del carro—como decía nuestro
Fundador, de santa memoria—en la misma dirección que el Prelado diocesano”. Según la biografía “Álvaro del Portillo: un hombre fiel” de Javier Medina Bayo, el P. del
Portillo acostumbraba dar apoyo, consejo y todo tipo de ayuda a muchos obispos
y sacerdotes que se la solicitaban.
En un blog reciente, Karee Santos nos reta:
Si eres un católico conservador, ¿que tan cómodo te sientes en un grupo de católicos liberales, progresistas? Si eres un católico liberal, ¿con qué frecuencia hablas con algún católico conservador? ¿Cuántas veces leemos los periódicos de cada otro o vemos programas de televisión del otro bando, si no es para criticar?
Con estos criterios en mente, yo quisiera
reconocer—y agradecer—la amistad que han mostrado a este blog los católicos que
siguen el espíritu acogedor del P. del Portillo y Mons. Romero, como lo son Eleuterio Fernández Guzmán de InfoCatolica.com y los hermanos de Acción Litúrgica. ¡Que Dios los bendiga, y les conceda mucha
fecundidad en su importante labor!
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